Olor a aceite quemado y ruido, mucho ruido, de motores que han vivido más años que muchas de las personas que estaban a su alrededor. Es la Retro Auto&Moto València, una exposición de un millar de coches antiguos en el Salón Retro València que abrió sus puertas el viernes y seguirá hoy hasta las tres de la tarde.

"Esto es lo que a mí me gusta, lo de antes". La cara de Enrique tras encontrar una Graciella de 1970 por 450 euros era pura emoción y ni siquiera pudo aguantar las ganas de subir en esta moto que le estaba "un poco pequeña", bromeaba.

Ignacio, otro de los asistentes, se apuntaba al comité del recuerdo. "Mi padre tenía un 600, el coche español por antonomasia, y, aquí donde lo ves, nos llegábamos a subir hasta 7 personas en él, más el perro. Para subir las cuestas teníamos que bajarnos del coche y empujar. Era un coche que no tenía potencia, ni velocidad, pero ahora me pongo junto a él y no tengo más remedio que sentir nostalgia de ese tiempo", relataba mientras posaba para una foto cerca del automóvil.

Y es que esta exposición era el depertar de tiempos mejores, una efeméride continua. Miles de asistentes rememoraban junto a un Seat 600 los 60 años que lleva en el mercado o el medio centenar de años del Renault Alpine 110 desde que FASA Renault decidió sacarlo al mercado. No obstante, el mayor recuerdo que vertebraba la sala de exposiciones era el de Paco González, el cuarto piloto español con más títulos nacionales conquistados (diez en total).

También hubo hueco para un homenaje a los coches de competición que se recreaban en las pruebas míticas del Rally Montecarlo.

No obstante, el olor a antiguo calaba más bien de los puestos donde vinilos, VHS, pósters, chapas, retrovisores y revistas del Automanía se vendían a precio de risa. Tampoco las piezas y complementos podían faltar. "Nosotros esperamos ansiosos cada año por venir aquí y conseguir piezas que abaraten el coste de remodelación de nuestros coches", señalaban Javier y Caterine.

Los 11.000 m2 de este museo de historia del motor dejaba espacio también a la camaradería. «Nos encantan los coches antiguos, pero aún más desde que nuestra afición nos llevó a formar este Club Seat 850 con la que exponemos cada uno de nuestros coches», contaba Eduardo García, presidente de la asociación. Ahora el Club Seat 850 recorre las rutas secundarias de la C. Valenciana cada verano desde que hace dos años la pasión por quemar aceite les unió.