El Palau de Congressos era ayer un hervidero de ideas, de propuestas, de encuentros, de proyectos y compromisos en torno a un objetivo común; el de conseguir ciudades y ciudadanos cada vez más comprometidos con la importancia de una alimentación sana y sostenible. Así, en las diferentes sesiones y grupos de trabajo, que ponían el colofón al tercer Encuentro Anual y Cumbre de Alcaldes, expertos, técnicos y representantes públicos de ciudades de todo el mundo debatieron sobre cuestiones tan diversas y tan relevantes como el cambio climático, las políticas públicas y dietas saludables, las ciudades sostenibles, la migración y la seguridad alimentaria, entre otras.

Como comentaba el alcalde de València, Joan Ribó, así como otros expertos, el compromiso tanto de València como del resto de participantes en estas jornadas no acaba, ni mucho menos, aquí. «Creo que el resultado es muy positivo porque muestra la preocupación de todas estas ciudades por abordar el tema de la alimentación de una forma colaborativa», decía Ribó.

Posteriormente comentaba a Levante-EMV la importancia de «recuperar las semillas tradicionales» en contraposición a las políticas de las grandes multinacionales como Monsanto. Ribó ponía el caso concreto de la asociación «Llavors d´ací» de la que forma parte y cuyas semillas usa en su propio huerto. Y exhibía como ejemplo a una de las ciudades presentes en el evento, Lyon, donde «la recuperación de su agricultura tradicional ha pasado por la recuperación de sus semillas tradicionales». Y en esta línea trabajarán en la implementación del banco de tierras que pretenden extender también al área metropolitana.

Por otra parte, lamentaba la actitud negacionista ante el cambio climático de un gobernante tan importante como Donald Trump, pero matizaba que «muchas ciudades de Estados Unidos están trabajando en otras líneas y algunas de ellas lo han manifestado estos días aquí. Trump va por un lado y muchas de sus ciudades por otro». De hecho, ayer comparecieron dos expertos estadounidenses que ponían de manifiesto esta tesis. Uno era Gary Gardner, director de publicaciones del Worldwatch Institute de Whashington. Él destacó la importancia de los «mercados de proximidad para lograr espacios de relación directa entre agricultores y consumidores». Mientras tanto, su compatriota, Katie Wilson, subsecretaría de Alimentación, Nutrición durante el gobierno de Obama, ponía el énfasis en la alimentación escolar: «Hay que empezar por los colegios, donde es fundamental que se eduque en una buena alimentación», indicaba siguiendo una de las líneas maestras de esta cumbre que ha sido poner el acento en las nuevas generaciones.

Por su parte, la senegalesa Benita Diop, presidenta de Femmes Africa Solidarité, mostraba su «satisfacción» porque la alimentación se haya abordado en la Cumbre como un derecho universal. Y alertó sobre los problemas de gobernanza que impiden que en África no se logre satisfacer a toda la población en este derecho.

Ella, como ya hizo el viernes, ponía el énfasis en el papel de las mujeres para alimentar a sus familias y también al conjunto de la población. Y también llamaba al trabajo conjunto entre ciudades. Ribó concluía alertando de que «los acuerdos de libre comercio nos perjudican porque nos hacen perder iniciativa y se la otorgan a las multinacionales».