Sobre las nueve y media de la mañana de ayer dos grupos de, al menos una decena de voluntarios, comenzaban a armar un par de casetas que hacían suyo el lema «Sé valiente, la misión te espera», mientras varias huchas azules con el símbolo del Domund, aún vacías, se amontonoban en ellas. ¿El motivo? Se trataba de la celebración de las parroquias de la diócesis de València de la Jornada Mundial por las Misiones.

«Los misioneros forman parte del día a día de muchas personas que viven en países que, a los que vivimos en los lugares ´del primer mundo´, sólo nos suenan en nombre y ni tan siquiera sabemos situar en el mapa. Actúan en solidaridad con los sufrimientos de los más pobres y necesitados. Sin embargo, sin el apoyo económico sería casi imposible que la labor se llevase a cabo» relataba el arzobispo de València, Antonio Cañizares.

Con cantidades económicas como las que el año pasado se llegó a recaudar en toda España (12.256.618,25 euros), los misioneros repartidos en 1.113 territorios de los cinco continentes, pudieron llevar a cabo actividades como el mantenimiento y la restauración de varios hospitales, de residencias de ancianos, orfanatos o de comedores sociales.

En la actualidad, 225 valencianos, de los cuales el 54,24 % son mujeres, se encuentran en misiones en América, donde hay un total de 156 misioneros; África, con 31 valencianos; Asia, donde actualmente se encuentran 13 misioneros; Europa, con 23; y Oceanía, donde dos valencianos realizan tareas de cooperación social.

Asimismo, el año pasado, la archidiócesis de València fue la segunda con más recaudación de España. Así, llegaron a recabar un total de 670.351 euros, con un 70% recogido por parroquias, además de cerca de 150.000 euros en donativos particulares y más de 70.000 en colegios.

Así lo contaba José Asensio Alegre, voluntario valenciano, que junto a 5 compañeros más, recaudaba dinero en la caseta de Plaza de España. «Actualmente, existe una alertante necesidad en países como África y América, pero sobre todo existe una crisis importante en cuanto a los derechos de la mujer: en algunos pueblos aún son vendidas, tratadas como objetos, y no les permiten acceder a la educación. Es, por esto, que los misioneros se están encargando de realizar programas sociales centrados en el desarrollo a la mujer», contaba el voluntario.

Sin embargo, tras las necesidades imperantes en las calles españolas, han sido muchos los que este año, han preferido guardar la donación para organizaciones nacionales.

«Este año, los donativos particulares han sido más flojos que el año pasado, pero, sin embargo, el dinero recaudado en las parroquias ha sido mayor. Con la situación que vivimos, no podemos exigir más», contaba José Antonio.

El voluntario contaba cómo una pareja se acercó a la mesa para donar un euro: «Nos explicaron que querían ayudar, pero que ambos hijos estaban en el paro y tenían que mantenerlos. No tenían más, pero la intención de caridad es con lo que nos quedamos».