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Patraix

Médicos y familiares destacan el ejemplo de una mujer de 108 años

Trinidad vive en Patraix rodeada de familiares muy implicados en su cuidado, lo que le garantiza una mejor calidad de vida - El centro de salud reclama más visibilidad para los cuidadores de dependientes

Médicos y familiares destacan el ejemplo de una mujer de 108 años

El próximo 20 de noviembre Trinidad cumplirá 108 años. Nacida en Almazán (Soria) en 1909, la vida le ha llevado a conocer la geografía española gracias a su marido, maquinista ferroviario en Zaragoza. "Me casé con 26 años y él tenía dos menos que yo", recuerda. De eso hace ahora 82 años, pero una foto de él preside el salón donde está reunida toda la familia. Ha tenido cuatro hijos, y solo queda Félix, de 74 años y con discapacidad mental. "Mientras Félix viva, ella aguantará", afirma Concha Baños, la mujer de uno de los hijos de Trinidad y actualmente cuidadora de los dos. Trinidad necesita atención las 24 horas del día, porque «no admite la edad que tiene, y quiere hacer cosas de las que ya no es capaz".

Concha es una de las muchas mujeres cuyo trabajo está invisibilizado. Ella se encarga de mantener el contacto con el centro de salud Padre Jofré de Patraix, al que Trinidad está adscrita. "Gracias a que las familias están cuidando a las personas mayores, se puede sostener una situación como la de Trinidad", afirma Marián Sintes, doctora de atención primaria del centro de Patraix que realiza consultas en los domicilios y que aprovecha para lamentar el envejecimiento del barrio de Patraix.

La doctora Sintes resalta que el papel de los profesionales del centro de salud no sería posible sin el trabajo de los cuidadores, que en el caso de Trinidad son la propia familia.

"Acudo a los domicilios cuando las familias me avisan de que algo no va bien", afirma la doctora. Por ello, reclama más visibilidad para las personas que tienen a su cargo ancianos como Trinidad y Félix, quienes dan su vida por cuidar a familiares sin importar lo larga que sea la enfermedad.

A Trinidad, la edad le ha menguado el carácter y la audición, pero su cara se ilumina al recordar a su marido: "nos casamos porque le pillé durmiendo", bromea.

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