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Tráfico

Bolardos en peligro de extinción en Ciutat Vella

El Ayuntamiento de València retira 750 pivotes de hierro fundido tras la reordenación del tráfico para que los viandantes ganen espacio en las aceras - Se prevé quitar un total de 1.500 postes

Bolardos en peligro de extinción en Ciutat Vella

Existe un amplio consenso en el urbanismo moderno para desterrar el bolardo. Según los ingenieros de caminos, arquitectos y especialistas de movilidad el uso de estos pivotes es la constatación de un fracaso: cuando las normas no se hacen respetar y los vehículos invaden las aceras, los postes de hierro salvaguardan el espacio destinado a los peatones. Sin embargo también tienen efectos perversos, porque de igual manera que delimitan las zonas peatonales, también son un enorme obstáculo para la movilidad. Estrechan las aceras y ponen en apuros a personas con sillas de ruedas, carritos de bebé y, en general, limitan los movimientos.

El Govern de la Nau hace tiempo que declaró a los bolardos como elementos non gratos de la vía pública. En 2016 retiró un total de 625, sobre todo en las nuevas zonas peatonales del entorno de Serranos. Con la nueva reordenación del tráfico en el resto de Ciutat Vella, distrito declarado en su mayor parte como residencial, se está llevando a cabo una segunda fase para la eliminación de estos elementos de hierro. En los últimos días la Concejalía de Mobilitat Sostenible ha quitado 750 postes, aunque la previsión es llegar a los 1.500.

La reordenación del tráfico por bucles ha facilitado la creación de nuevas zonas peatonales en Ciutat Vella, como el entorno de las Torres de Quart o el del Museu del Carme. Sin embargo, para reforzar el nuevo carácter residencial del distrito (con velocidad máxima de 20 km/h) y prioridad de los peatones sobre los vehículos, se ha optado por liberar las aceras de bolardos. En algunas calles la fisionomía cambia por completo. Donde antes denotaba estrechez, ahora se respira amplitud.

Se están eliminando bolardos de fundición (mayoritariamente el modelo denominado «faro»), situados en calles emblemáticas de la zona como Soguers, Ripalda, Portal Nou o la plaza de Santa Úrsula, entre muchas otras.

El proceso de eliminación de dichos bolardos es muy sencillo, ya que basta con extraer de la acera los cuatro anclajes mecánicos que lleva cada uno de los postes y después cubrir los agujeros generados por los tornillos para que no queden restos ni irregularidades.

Hasta la fecha, se llevan retirados unos 750 bolardos y se tiene previsto retirar otros tantos en las próximas semanas, para hacer un total de 1.500 bolardos eliminados, aproximadamente. Estos «pilones» de hierro no se van a destruir, sino que se reutilizarán todos aquellos que estén en buen estado si son necesarios en otros puntos de la ciudad. Hay que tener en cuenta que al ser de hierro, muchos pivotes estaban dañados por la orina de los perros.

Tras la retirada de los bolardos se ha observado una mayor concienciación por parte de los conductores, ya que al estar acostumbrados a no invadir las aceras, la mayoría continúa respetando el espacio de los viandantes.

En otras procesos similares, como el que se llevó a cabo en la calle Serranos, los vecinos sí han denunciado que los camiones de carga y descarga ahora invaden las aceras, mientras que con los bolardos se respetaban. Piden que la Policía Local sancione estos comportamientos incívicos.

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