Una delegación del Ayuntamiento de València y de la Generalitat Valenciana se trasladará el próximo viernes a Madrid para mostrar a Fomento un plan que permite seguir adelante con la ampliación de la V-21, es decir, construir el tercer carril, pero rebajando entre un 50 y un 60 por ciento el impacto sobre la huerta. Rebaja así su intención inicial, ratificada en el último pleno municipal, de parar el proyecto para proteger la huerta y hacer uno más sostenible. De hecho, el Govern de la Nau asegura que no hay que parar la obra ni perder los 30 millones de inversión, sino introducir modificaciones que no obligan a repetir todo el proceso, cuya duración se alarga ya diez años.

Después de aprobar la paralización del proyecto de ampliación de la V-21 a tres carriles en el tramo Carraixet- València y de recibir duras críticas del Ministerio de Fomento y de los empresarios valencianos, las administraciones autonómica y local, particularmente esta última, ha decidido retomar la iniciativa y trasladarse directamente a Madrid «para sacar de cualquier duda a la administración central», según ha declarado el alcalde, Joan Ribó.

El ayuntamiento explicará que no renuncia a la ampliación a tres carriles de la V21, y recordará en Madrid que el Pleno del Ayuntamiento ha instado a «mantener la inversión» de esta obra, pero «sin arrasar con la huerta productiva de València y Alboraia». En esta reunión, se trasladará al Ministerio un estudio donde se llega a reducir el impacto sobre la huerta entre un 50% y 60% sobre las pretensiones iniciales del gobierno central.

El alcalde de València ha explicado que propondrán al Ministerio de Fomento esta alternativa, con un menor impacto ambiental y paisajístico, sin renunciar a «una infraestructura que València espera desde hace demasiados años», en referencia a la ampliación del cuello de botella que supone la reducción de 3 a 2 carriles de la autovía V-21 a su entrada en la capital.

Ni todo ni nada

Ribó ha explicado que «València no se puede someter a una disyuntiva entre una infraestructura que arrase con todo a su paso, o nada. Y más, cuando hay alternativas perfectamente viables». En este sentido, el alcalde ha avanzado que existen estudios ya realizados que reducen la afección a la huerta entre un 50% y un 60%, «una propuesta seria y válida que defiende los intereses de la ciudad tanto en infraestructuras como en conservación del paisaje y medio ambiente».

«Lo que sí hay que impedir es la construcción de un acceso norte al Puerto, que llenaría de camiones los barrios marítimos, además de destruir la huerta», añadió Ribó.

Por lo demás, el alcalde asegura que «en ningún momento se pide paralizar ninguna inversión» en la autovía V21». Es más, desde el Ayuntamiento se explica que solicitar «un modificado del proyecto» no implica tener que repetir todo el procedimiento, ni retrasar excesivamente la obra.

La delegación del Ayuntamiento de València, que acudirá junto a la Generalitat al Ministerio de Fomento, estará integrada por la concejala de Patrimonio, María Oliver; el concejal de Desarrollo Urbano Sostenible, Vicent Sarrià; y el asesor del alcalde en materia urbanística.

Está previsto que mantengan una reunión con el secretario de Estado de Infraestructuras, Transporte y Vivienda.