El Cementerio General de València ha recibido desde el día 20 de octubre a más de 300.000 visitantes dispuestos a velar por los que ya no están, lo que demuestra el respeto permanente por los difuntos. Los datos los ha ofrecido la Delegación de Cementerios del Ayuntamiento de València, quienes apuntan a que la cifra de visitantes hasta el día 31 está «dentro de la normalidad», tal y como ha afirmado la concejala Pilar Soriano. «A falta de conocer los datos del día central del festivo, el día 1 de noviembre, ha habido una gran afluencia en el cementerio general», ha afirmado.

Soriano ha querido agradecer a los servicios que han colaborado para que la jornada de Todos los Santos haya discurrido sin incidentes. «La Policía local y la EMT han hecho un gran trabajo y esfuerzo para que los desplazamientos se hayan llevado a cabo sin ningún percance» reconoce la regidora.

Fuentes de la Policía Local destacan la presencia de más agentes este año. El dispositivo policial ha estado desplegado en las inmediaciones del cementerio durante la última semana, lo que ha propiciado que en la jornada del día 1 todo haya sido «más ágil», apuntan. El aumento de efectivos ha facilitado la organización del tráfico, de los aparcamientos, y de los autobuses de la EMT.

Soriano ha destacado el éxito del autobús lanzadera implantado este año, con salidas desde la Plaza del Ayuntamiento hasta el Cementerio General, y con una prolongación al Tanatorio Municipal y la ampliación del cementerio. « Hasta el medio día han salido 60 autobuses que han transportado a más de 3.000 personas», ha destacado la concejala.

La festividad de Todos los Santos es un día destacado para los comerciantes que rodean el cementerio. Las floristerías se agolpan en la acera de enfrente y los clientes se acercan a comprar el poco género que queda en las horas centrales del día.

Las ventas bajan

Sin embargo, Isabel Pérez, quien regenta un comercio de flores frente al cementerio, asegura que las ventas bajan de año en año «de forma tremenda». De media, las personas se gastan no más de 10 euros en un ramo de cinco flores, un hecho que contrasta con las docenas que se vendían no muchos años atrás: «Todo eso ya no existe», lamenta.

Otra florista, Arantxa Minat, sostiene esta tendencia y considera que se ha perdido «el culto al cementerio», y las personas que aún lo frecuentan apuestan cada vez más por «flores de plástico o tela». Aún así, espera que durante el Día de las Almas la venta repunte, porque reconoce que muchas personas visitan el cementerio el día 2 para evitar las grandes aglomeraciones.

Otro de los negocios que depende de la actividad del cementerio es la cafetería. Samanta Silvestre es la propietaria, y percibe cómo la clientela desciende cada año a excepción de estas fechas. Se ha notado que la festividad haya sido un miércoles porque los visitantes han llegado de forma escalonada durante toda la semana, y espera que esta tendencia se alargue hasta el fin de semana.