La presidenta regional del PP, Isabel Bonig, se rodeó ayer de los representantes populares de trece municipios de l'Horta Nord para reivindicar las obras de ampliación de la V-21, un proyecto que el equipo de gobierno municipal ha pedido que se paralice para reducir el impacto sobre la huerta. Para Bonig, esta propuesta es simplemente "una ilegalidad" y por tanto anunció, como ya hiciera el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, que el proyecto sigue adelante y que la adjudicación del mismo se producirá el próximo lunes, 13 de noviembre.

Para dar visibilidad a su queja, los representantes populares comparecieron en la rotonda de la Ronda Norte desde la que parte la V-21, el lugar al que llegará ese tercer carril que sale del Carraixet. A su juicio, se trata de una "infraestructura fundamental", que lleva diez años de tramitación y que "para sorpresa de todos" el equipo de gobierno municipal, "con la abstención de Ciudadanos", recalcó, ha pedido que se paralice. "Es inadmisible, inaudito, que después de múltiples exposiciones al público se diga ahora que se pare una inversión de treinta millones de euros" y que afecta a muchos pueblos de l'Horta Nord, que es la zona más habitada de la provincia.

Así pues, Bonig pidió que la obra siga adelante y exigió que se deje de entorpecer el crecimiento de la ciudad. Además, considera que detener el proyecto a estas alturas es una ilegalidad.

Por su parte, el portavoz popular en el Ayuntamiento de València, Eusebio Monzó, anunció la presentación de una moción en este sentido.

En términos generales, Bonig lamentó que desde el ayuntamiento se pongan obstáculos a las grandes obras, entre las que está también el parque central, un asunto en el que el Ministerio de Fomento está a la espera de que los socios de Gobierno de València se aclaren. A su juicio, "a Ribó le viene grande la ciudad".