Hace unos días desembarcó con fuerza en València la empresa Muving, que ha desplegado una pequeña flota de unas cien motocicletas eléctricas para alquilarlas en la calle, sin necesidad de estación de recarga ni un punto de asistencia. En breve la compañía gaditana espera alcanzar las 170 unidades en el «cap i casal». Se paga por minutos de utilización, a razón de 0,18 euros la fracción. Así el usuario alquila moto mediante una aplicación de móvil, en la que localiza la unidad más cercana a su ubicación, la desbloquea y circula con ella. Cuando ha terminado su trayecto, la estaciona en alguna de las plazas pintadas en la vía pública y finaliza su viaje con la app.
El sistema es tan sencillo como funcional y está pensando para trayectos cortos. Muving asegura que la media de los viajes en ciudad son de unos 10 minutos. La moto se desenvuelve a la perfección por las calles de València, sin emitir emisiones de gases ni contaminación acústica. Está limitada a 66 km/h.
Sin duda la iniciativa de Muving encaja con la filosofía del Govern de la Nau por aquello de promover una movilidad sostenible, ya que toda su flota es eléctrica. La sorpresa llegó cuando el ayuntamiento se molestó porque la compañía comenzó a operar sin comunicar oficialmente su actividad. El consistorio estudia si podría cobrarle algún tipo de tasa por usar la vía pública. Al margen de Muving, València adolece de un sistema de coche compartido eléctrico, como sí lo tiene por ejemplo Madrid.
