El proyecto de ampliación de la V-21 sigue sumando voces críticas. Así, la última llega desde uno de los barrios más abandonados y marginados de la ciudad, el de Natzaret. Ellos, que han visto como diversos proyectos los han ido aislando del resto de la ciudad, quitándoles incluso su antigua playa, ven ahora con preocupación como se pretende reactivar un proyecto consistente en un túnerl de Acceso Norte al Puerto que ya hace tres años la entonces Consellera de Infraestructuras, Isabel Bonig, reconoció como «un proyecto inasumible» y que fue descartado, entre otros motivos, por los 800 millones de euros que se estimaba que podría costar.

Por este motivo, el portavoz de la Avv. de Natzaret, Julio Moltó, asegura no entender cómo el presidente de la Autoridad Portuaria, Aurelio Martínez, se muestra afín a esta faraónica obra, sobre la cual dijo hace unos días que «no afectaría al suelo de huerta». Y que, al ser un túnel a 60 metros de profundidad, «tampoco habría problemas de temblores o afección al Cabanyal». Moltó lo pone seriamente en duda y recuerda que, una vez más, «se vulnera con estas iniciativas las peticiones y necesidades de los vecinos».

Él recuerda que «si hace una década se descartó por su elevado precio y por otros motivos, no entendemos cómo ahora se vuelve a poner sobre la mesa». Y añade que esto supone «volver a la política de grandes proyectos inviables del pasado».

Cabe matizar que el ayuntamiento se ha opuesto ya a esta idea del túnel del acceso Norte. Pero tampoco se dan soluciones, de momento, a la petición histórica de los vecinos de Natzaret de que se entierren las vías del tren que impiden la conexión de la Avenida de Francia y de la prolongación de la Alameda con la dársena histórica, así como la Ciudad de las Ciencias con la Punta ,Moreras y Natzaret.

«Ya está bien de castigar al sur, la playa, la Punta y la huerta», incide Moltó para recordar que «se habían comprometido a hacer zonas verdes y acabar el final del cauce del río», pero «de eso no tenemos nada», lamenta.