El centenario Colegio público de Educación Infantil y Primaria (CEIP) Lluís Vives, uno de los más antiguos de València, lleva sufriendo dos meses el incivismo de al menos dos vecinos de dos fincas colindantes que se dedican a arrojar al patio de la escuela botellas de cerveza de cristal vacías, de un litro y también tercio.

Tras presentar esta escuela del 17 de la calle Cuenca dos denuncias -una el 10 y otra el 19 de octubre- ante la Policía, el centro ha cerrado con cinta una tercera parte del patio para alejar a los niños de la muralla de 9 fincas de 6 y 7 pisos de altura que envuelve la zona de recreo y cuyas fachadas dan a la gran vía Fernando el Católico y la calle del Historiador Diago.

Fuentes de este centro de 230 alumnos explican que, por las zonas de impacto de las botellas en el patio de Primaria, los lanzamientos se efectuan desde los pisos altos de dos puntos: uno desde el ala de Fernando el Católico y el otro desde el lado contrario, de las fincas de Historiador Diago. Por esta razón deducen que los ataques los efectuan al menos dos vecinos distintos, aunque en ningún caso han visto quién los realiza. «Nos damos cuenta cuando las botellas estallan en el suelo y cuando miramos arriba ya no hay nadie», explican.

También infieren que las botellas se arrojan desde los pisos altos porque han visto algunas encaladas en las copas de los árboles del patio, que llegan hasta el cuarto piso de las fincas.

La mayoría de lanzamientos se han efectuado fuera del horario escolar. De hecho la denuncia del día 10 se interpuso al abrir el colegio ese día y ver el patio lleno de cristales. La del día 18 relata la agresión más grave, que tuvo lugar esa jornada a las 14.30 horas cuando los 170 niños del comedor jugaban en el patio y una litrona cayó a tres metros de un escolar.

«Los niños están nerviosos, pero lamentablemente ya lo viven como una rutina y no se acercan a la zona cerrada», cuenta una maestra. Esta ha sido la última botella de las 12 que se han lanzado al patio desde hace dos meses. También se tiró un mechero contra un trabajador municipal que barría el patio mientras los niños estaban en clase. El objeto estalló al impactar contra el suelo a poca distancia del empleado.

El colegio ha comunicado a las comunidades de propietarios de los edificios colindantes que la Policía investiga los ataques. Los administradores de estas fincas colocaron carteles informativos en los rellanos y cesaron los lanzamientos desde el ala de la gran vía.

Además hay una tercera denuncia interpuesta por el Club Deportivo Lluís Vives, un entidad de futbol sala base que entrena y juega en el patio de este colegio. Hace dos sábados, durante un partido de la liga de cadetes desde una finca de la calle Historiador Diago se lanzó un huevo que impactó dentro del área del portero cerca del guardameta. El lanzamiento obligó a parar el encuentro, que el árbitro ordenó reanudar tras limpiar la zona.

CSIF critica la pasividad de Marzà

El CSIF «lamenta la falta de medidas concretas por parte de la Conselleria de Educación». Fuentes del departamento del conseller Vicent Marzà explican que el colegio ha interpuesto las denuncias con el asesoramiento de la Inspección Educativa. «Si se reincide en los lanzamientos se estudiará colocar una red protectora, pero desde Educación se confia en que se atienda con la mayor rapidez posible las denuncias efectuadas», subrayan desde conselleria.