El Ayuntamiento de València ha incrementado en 40 millones la partida de personal desde 2015 y tan sólo hay 35 funcionarios más. Fue una de las afirmaciones del portavoz del PP, Eusebio Monzó, en el debate de los presupuestos municipales del año que viene, una situación que los populares explican por los múltiples nombramientos que se han hecho en las concejalías, la incorporación de funcionarios de otras administraciones y la denominada carrera profesional, que ha hecho crecer las retribuciones sin atender, dicen, a los objetivos. De seguir así, en los años 2020 y 2021 el incremento de esta partida será de 100 millones y la plantilla seguirá en torno a los 5.000 funcionarios. Es lo que los populares llaman «el precio de la paz social y de evitar pancartas».

Según los datos que maneja el Grupo Popular, en el año 2015, con el último gobierno de Rita Barberá, el capítulo de personal era de 230 millones de euros y el número de funcionarios de 4.827. Tres años después, añaden, la partida es de 270 millones y la cifra de funcionarios está en 4.862. Un crecimiento del 0,72% en el número de trabajadores frente a una subida del 14,8% en el gasto de personal.

Para explicar la evolución de uno de los capítulos más importantes del presupuesto, el equipo de Gobierno municipal se ha referido a las contrataciones, que a final de año serán más de 300; a la ocupación de vacantes que estaban vacías y a la mejor remuneración de los funcionarios, pactada con todos los sindicatos en el último convenio municipal.

Para el PP, sin embargo, la justificación es otra. De entrada, aseguran que con la llegada del tripartito se desdoblaron servicios municipales y se hizo necesario crear más jefaturas de servicio y de sección. En definitiva, «un crecimiento desproporcionado de la pirámide de mandos en el organigrama municipal».

Por otro lado, se ha producido la incorporación de personal de otras administraciones, «de marcada afinidad política», que a través de «concursos de méritos a la carta» se han integrado en la plantilla municipal. «En cada una de las delegaciones se ha visto incrementado en un 50% el personal funcionario al servicio de concejales del equipo de Gobierno», afirman las fuentes.

Por último, se ha incrementado el gasto en las retribuciones de los trabajadores municipales «sin tener en cuenta sus cargas de trabajo o la consecución de objetivos». «En definitiva -aseguran los populares- en estos tres años se ha hecho realidad el viejo dicho de café para todos, pero a precio de caviar».

De seguir así, además, en los años 2020 y 2021 la partida de personal puede dispararse hasta los 330 millones de euros, cien más que en el año 2015, estando la plantilla municipal en torno a los 5.000 funcionarios, como está ahora. «Es la cifra de la paz social y el precio de evitar pancartas, manifestaciones, abucheos, movilizaciones y protestas».

Menos trabajo

Y es así, dicen, porque en realidad la plantilla no es ahora ni más amplia ni más eficiente. La reducción de la jornada laboral ha supuesto 2.000 horas menos de trabajo al día, reducción que ha tenido especial incidencia en servicios como licencias urbanísticas o actividades, donde se atascan los expedientes.

Por otro lado, «se ha doblado la cuantía de la jubilación anticipada» y «por primera vez en los últimos treinta años se ha reducido la plantilla orgánica de la policía y bomberos en 93 plazas para crear, entre otras, más plazas de personal asesor».