El Ayuntamiento de València ha constatado que familias con problemas de convivencia vecinal se han mudado del Cabanyal-Canyamelar para instalarse en pisos de Orriols, principalmente, aunque también se ha detectado casos en el barrio de Benicalap. El Govern de la Nau está llevando a cabo una acción coordinada entre varias concejalías para controlar el problema, desde Bienestar Social, pasando por Vivienda o Policía Local, aunque reconoce que no está siendo fácil resolver algunas de los conflictos. Fundamentalmente, se han detectado familias que han ocupado inmuebles vacíos y que viven del trapicheo de drogas, además de cometer atracos en los comercios del barrio.

«No son okupas ideológicos como los que se han hecho fuertes en algunos casos en El Cabanyal, sino familias, muchas de ellas con miembros conflictivos, que ante la presión policial y la renovación social del barrio, han decidido mudarse a Orriols o Benicalap», reconocen fuentes de la concejalía de Bienestar Social. «El problema para actuar es que muchas veces hay niños pequeños en los domicilios ocupados, y debemos ser escrupulosos en la atención de los menores», explican.

Problemas localizados

Con todo, el problema de Orriols se encuentra bastante localizado y los casos más graves los protagonizan individuos que han ocupado pisos de bancos. «Sabemos que hay dos o tres familias que están creando un verdadero problema de convivencia; el resto sin embargo son casos de familias desestructuradas o en riesgo de exclusión social a las que tenemos la obligación de darles una respuesta y ofrecer la ayuda municipal», señalan desde Bienestar Social.

Desde la concejalía de Patrimonio, que gestiona parte de la vivienda pública, llevan tiempo trabajando con algunos de los bancos que tienen viviendas de desahuciados para que ofrezcan alquileres sociales y, de esta manera, se evite la ocupación ilegal de muchos pisos. Vivienda, Bienestar Social y el área de Políticas Inclusivas coordinan a su vez las diferentes ayudas al alquiler que se ofrecen a las unidades familiares sin recursos. Aseguran que Orriols es un barrio que está recibiendo buena parte de los recursos destinados a este programa.

El problema de los pisos ocupados son las mafias, organizaciones que se dedican a abrir las viviendas de los bancos y a enganchar los servicios básicos como luz y agua. A cambio cobran importantes cantidades a las personas que están necesitadas. «Se ha llegado a un punto que los bancos ni siquiera anuncian los pisos que tienen a la venta. Cada vez que ponían un cartel acababan ocupados, por lo que ahora se cuidan mucho de publicitar estos inmuebles», explica Arturo Peiró, miembro de la plataforma vecinal Orriols Convive. La radiografía que hace Peiró del barrio es dramática. La zona cero se dibuja desde la calle Duque de Mandas hacia la avenida Hermanos Machado. Allí se concentra el mayor número de conflictos. «Orriols tiene efecto llamada para todos los que están notando la presión policial en El Cabanyal. Muchas familias sin recursos se meten en auténticos pisos patera, y otras vienen para seguir haciendo lo que ya hacían en El Cabanyal, es decir, montar el pollo continuamente. Son lo que delinquían en otro barrio y aquí vienen a hacer lo mismo porque es su modo de subsistencia. Hay un grupo de personas que no se integran y tienen atemorizado al vecindario- Además, no se cortan, atracan en el Mercadona de la esquina de su casa o el pequeño comercio de siempre», relata Peiró. Desde la Policía Local aseguran que hay en marcha un dispositivo conjunto con la Policía Nacional para controlar la conflictividad del barrio de Orriols. «No podemos dar detalles de las operaciones que estamos llevando a cabo», aseguran.

Desde los colectivos vecinales constatan que en las últimas semanas hay más presencia policial. «Es cierto que estamos viendo más agentes y que patrullan con más frecuencia, pero es que la situación ya era insostenible y estaba todo muy deteriorado. hay casos de vecinos que han llegado a amenazar a los nuevos 'vecinos' que o se marchaban o se liaban a tiros», confiesa el miembro de Orriols Convive. También explican que han visto reforzado los Servicios Sociales «pero no se nota nada». «Lo que hace falta es algo más que dos personas en una oficina. Se necesitan trabajadores sociales en la calle, dando asistencia a los niños sin escolarizar y tratando de dar una solución a los delincuentes», explica Peiró. En definitiva, defiende la entidad vecinal, «hay que dar soluciones a la gente». «Necesitamos mediación, tener los pisos controlados, hablar con bancos e inmobiliarias y mucha asistencia social», resume.

La concejala Neus Fábregas es la coordinadora del plan estratégico para Orriols que está llevando a cabo el Ayuntamiento de València. Desde su departamento explican que en breve volverán a reunirse todas las áreas involucradas en el desarrollo del barrio para evaluar las medidas que se han tomado y hacer balance. Así otras acciones que se están desarrollando es un programa de inserción sociolaboral, una oficina activa para desempleados o un plan para combatir el absentismo escolar.