La futura Ley de Capitalidad dio ayer un paso más en su camino de gestión y aprobación. De este modo, el alcalde de València, Joan Ribó, explicó ayer que ha presentado ya al resto de grupos municipales el primer esbozo de este proyecto que pretende dotar a la ciudad de un régimen competencial y financiero especial. Además, Ribó mostró su clara intención de que el texto se apruebe en el año 2018.

En un acto público, Ribó comentó que se pretende que València pueda asumir una serie de competencias que, actualmente, tiene la Generalitat, pero que "de alguna forma las estamos ejerciendo, pero no estamos recibiendo ni una consideración jurídica ni financiación adecuada" para llevarlas a cabo.

El primer edil detalló que estas competencias contemplan desde acciones en materia de urbanismo, de empleo y paro o de educación, entre muchas otras. Permitirá, por ejemplo, ocupar con urgencia expropiaciones forzosas, agilizando las dotaciones públicas.

Asimismo, esta ley, que se deriva de la Ley de Régimen Local valenciana del año 2010, que no se llegó a aplicar, también contempla la asignación de capitalidad de la ciudad de València, "que no está escrita en ningún lugar".

Ribó explicó que ayer se reunieron representantes de los grupos municipales, en una jornada en la que se les trasladó el esbozo, y argumentó que estos tendrán aproximadamente un mes para aportar sugerencias. En la misma línea, desde el consistorio se planteará otra reunión en enero para presentar el esbozo definitivo.

Toca pactar

La versión definitiva será a su vez negociada y pactado mediante una comisión mixta gobierno municipal-Generalitat, pues Ribó ya anunció el pasado mes de septiembre que había llegado a un acuerdo con el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, para poner en marcha esta ley. El alcalde expresó que desde el gobierno municipal quieren que esta ley «sea de todos los grupos» municipales.