La Universitat de València y la Politècnica han manifestado en sendos informes su apoyo a la declaración como Bien de Interés Cultural de los Palacios «dels Exarchs», un conjunto de casas señoriales ubicado en un entorno de solares degradados, a espaldas de los Santos Juanes y el Mercado Central, y afectados por la inminente construcción de un hotel y varios bloques de viviendas.
Los informes a los que ha tenido acceso Levante-EMV han sido recabados por el profesor de Historia del Arte Lluís Mira i Bordería, principal impulsor junto con la Asociación Amics del Carme de la protección de este conjunto, en cuyo interior se conservan, entre otros bienes, una cocina de cerámica valenciana de estilo rococó y una valiosa capilla decorada con frescos atribuida al círculo de Vergara.
El departamento de Historia del Arte de la Universitat de València informó el pasado 20 de octubre por mayoría de todos sus asistentes a favor de la declaración BIC en la categoría de monumento de los palacios dels Exarchs, en origen cinco edificios de origen medieval, de los que uno, el ubicado en la esquina más próxima a los Santos Juanes fue derribado. Los palacios son propiedad privada y su dueño, promotor a su vez del PAI de la UE4, quiere convertirlos en un hotel.
El interés de los palacios, apunta la Universitat, «radica en la consideración de tres de ellos como conjunto arquitectónico singular del cual es imprescindible respetar la volumetría , estructura de los vanos y patios». La UV destaca como elementos a preservar la cocina de cerámica del siglo XVIII de uno de los palacios y la capilla dedicada a San Ignacio de Loyola. Afirma que la cocina «es de una importancia extraordinaria por tratarse probablemente de la única cocina de estas característica conservada in situ en València». La Universitat considera que el conjunto de los palacios debe ser conservado íntegramente como BIC, o al menos como Bien de Relevancia Local.
En la misma línea se pronuncia el Instituto de Restauración del Patrimonio de la Universitat Politècnica de València, que en un pormenorizado informe destaca el valor patrimonial de estos edificios como símbolo de las casas palacio valencianas de los siglos XIV, XV y XVIII y que aconseja su recuperación y puesta en uso para disfrute de la ciudadanía.
El informe del Instituto de Restauración, que firma su director, Francisco Juan Vidal, aconseja la protección BIC de al menos la cocina de azulejos, la capilla de San Ignacio de Loyola y la escalera principal. Defiende igualmente que sean inventariados la rama y el paisaje urbano de la calle de origen medieval dels Exarchs, la composición de las portadas, los patios, forjados y pavimentos cerámicos.
A la luz de los informes, los vecinos confían en que la Conselleria de Cultura y el Ayuntamiento de València inicien los trámites para declarar Bien de Interés Cultural los palacios, una protección que también respaldarían el Consell València de Cultura y la Real Academia de San Carlos, a tenor de los informes previos recabados por los vecinos. Lluís Mira presentó el pasado mes de junio un escrito a Cultura instando a la incoación del BIC de los palacios dels Exarchs.
Los palacios se encuentran en el entorno de la Unidad de Ejecución 4 de Velluters, una manzana con varios solares sin edificar y trama medieval pendiente de desarrollar desde 1992, que ha sufrido hasta cinco modificaciones, la última en 2016, que permitió pasar de 31 a 50 viviendas a costa de reducir la superficie de las viviendas, con vistas, apuntan los vecinos, a convertirlas en apartamentos turísticos, un fenómeno contra el cual se han movilizado los colectivos vecinales del centro histórico por la expulsión de la población original que está suponiendo.
La aparición dentro de esta nueva unidad de ejecución de una nueva plaza que rompe la trama histórica, pero que realzaría el entorno del futuro hotel de los palacios, es otra de las críticas de los vecinos a esta unidad de ejecución, que la Concejalía de Desarollo Urbano tiene en estos momentos en revisión. Se trata de una manzana ubicada en una zona patrimonialmente muy sensible de Ciutat Vella, en el entorno de la reordenación de la plaza de Brujas y el Mercat.
