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Contrastes de la ciudad

La ciudad recuperada y la que sigue pendiente

Pare Jofre y Cervantes forman una de las primeras «supermanzanas» peatonales de la ciudad - En San Vicente sigue paralizado el carril bici

La ciudad recuperada y la que sigue pendiente

El espacio público debería ser sagrado. Un lugar que, bien distribuido, beneficiara a todas las personas. Pero el lugar común que comparten viandantes, ciclistas, transporte público y transporte privado se ha convertido muchas veces en zona de conflicto, en la que el medio más fuerte se ha impuesto, por tradición al más débil. De ahí que recuperar espacio público de calidad se ha convertido en una obsesión para algunos gobiernos, en un mandato para convertir la ciudad en un lugar más amable y que la calle sea un espacio para vivir. Con esa filosofía se peatonalizó la calle Pare Jofre, en el barrio de La Roqueta, que unida al proceso similar que vivió la vía perpendicular, Cervantes, ha generado ahora una "supermanzana" en la que el viandante está en lo más alto de la pirámide de la movilidad y el coche privado en el escalón más bajo.

Desde que se peatonalizó la calle Pare Jofre, la calidad de vida de sus vecinos ha aumentado, ya que los vehículos ahora son los invitados de lujo de un espacio en el que dominan los desplazamientos a pie. En la calle se puede jugar, correr y pasear sin miedo, ya que lo vehículos autorizados deben circular a paso humano. El proceso de revitalización comienza a tener positivos efectos secundarios, ya que al menos tres edificios que estaban en ruina, ahora comienzan a rehabilitarse. Lo que antes era una vía plagada de vehículos, ahora se ha convertido en un atractivo lugar para vivir, una gran diferencia.

La "supermanzana" se defiende del ruidoso tráfico de la Gran Vía Ramón y Cajal, de la calle San Vicente y de Guillem de Castro. Precisamente, para intentar rebajar la presión automovilística de uno de estos ejes, la calle San Vicente, se propuso crear un carril bici y recuperar otro carril como acera. Este nueva vía ciclista debía conectar el carril bici de la avenida del Cid con el anillo ciclista, pero la empresa que lo estaba construyendo dejó las obras inacabadas y un buen "empastre" en San Vicente. Desde hace varios meses la calle presenta un estado precario, con unas marquesinas de bus a medio retirar, unas vallas de obra abandonadas y un carril bici a medio terminar. Un despropósito, en vías de solución, pero que la lentitud de la Administración ha convertido en una de las peores imágenes de la ciudad. Si nadie lo remedia pronto, una de las vías más emblemáticas de la ciudad pasará sus primeras navidades en la provisionalidad absoluta.

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