El taller participativo centrado en la bicicleta para debatir la futura ordenanza de movilidad ha sido, de momento, el de mayor éxito de convocatoria. Más de cincuenta representantes de todo tipo de colectivos de la Mesa de la Movilidad dialogaron y discreparon ayer sobre algunas de las ideas propuestas para la futura norma de València.

Dos temas centraron buena parte de la discusión; por una parte la necesidad de regular los grupos de turistas que se mueven en bicicleta de alquiler por la ciudad, ya que existe un consenso amplio en fijar un cupo máximo; por otra parte se expuso la conveniencia de si los ciclistas pueden usar la calzada aunque cuenten con un carril bici, lo que generó algo más de controversia.

Por el debate suscitado y algunas de las apreciaciones de los presentes, se podría afirmar que la futura ordenanza de movilidad limitará de alguna forma el número de turistas que usan la bici para conocer la ciudad, es decir, el número de personas que se mueven en grupo.

Tanto las empresas de alquiler como los guías turísticos están de acuerdo en establecer un cupo máximo, mientras que vecinos de Ciutat Vella pidieron incluso que para conocer el distrito no se permitan los grupos de cicloturistas «porque es un espacio que se debe descubrir a pie». Sin embargo, se recordó que muchos visitantes no solo recorren Ciutat Vella, sino que se desplazan hacía el Jardí del Túria, el Bioparc o la Ciutat de les Arts i les Ciències.

Ciudades como Barcelona ya han limitado los grupos de turistas en bici o los que usan vehículos de movilidad personal (VMP) como «segways» o patinetes eléctricos.

Otro importante debate fue el de la obligatoriedad o no de usar el carril bici cuando exista esta infraestructura. Ciclistas urbanos o empresas de reparto consideran que la norma actual está desfasada, pues muchos carriles bici no están preparados para un flujo grande de usuarios (o son estrechos) y otros tienen itinerarios que obligan a perder mucho tiempo porque aún van por las aceras.

Por ello, una opinión generalizada es que la nueva ordenanza debería permitir tanto la opción de usar el carril bici como el carril de la calzada más pegado a la derecha. Algunas voces discreparon, al entender que los carriles bici son la opción que garantiza la mayor protección del usuario.

Al hilo de esta cuestión se debatió si los ciclistas deberían estar autorizados a usar el carril bus. La norma actual lo impide, por lo que muchos usuarios han de usar el carril derecho de la circulación, lo que algunos automovilistas no entienden. Según València en Bici, los conductores de la EMT sugirieron que sería más seguro permitir al ciclista utilizar el carril del transporte público, puesto que no suelen causar trastornos.

También se puso sobre la mesa fue la opción de que las bicicletas puedan ir en contrasentido en las calles limitadas a 10 0 20 km/h, ya que se supone que estas vías están pacificadas, como la calle Serranos o Caballeros. De igual manera se debatió hasta cómo han de circular los ciclos por zonas peatonales y en qué condiciones.

Los patinetes

El otro gran tema fue la necesaria regulación de los vehículos de movilidad personal (patinetes, pequeños vehículos eléctricos, segways). Ante la prohibición actual de su uso, se propone definir los tipos y los usos que estarían permitidos.

Como concepto general, aquellos que están motorizados deberían circular por carriles bici, aunque cuando no exista esta infraestructura se debatió si podían usar las aceras a paso humano. Otro tratamiento distinto tendrían aquellos vehículos usados para el reparto y los que se usan para personas con movilidad reducida, que se considerarían peatones.