Una marcha en contra de la ampliación de la V-21 discurrió ayer en paralelo a esta infraestructura para reclamar que no se lleve adelante un proyecto que «arrasará más de 80.000 metros cuadrados de huerta productiva» y fomentará el aumento del uso de los vehículos motorizados.

Convocada por el colectivo Per l'Horta, la marcha partió de la rotonda en la que confluye la Ronda Norte con esa autovía y discurrió por el Camino de Farinós para finalizar en el Horno de la Barraca, en Alboraia, donde se exhibió el mural «L'Horta és vida», creado por el diseñador Diego Mir.

En el acto, Marc Ferri, miembro de Per l'Horta, explicó que un centenar de personas han participado en la marcha, durante la que se explicó que el proyecto de ampliación de la V-21 supondrá un gasto de 30 millones de euros e incluye un paso bajo la autovía para el acceso norte a puerto que las actuales Administraciones valencianas no quieren. Ferri recordó que la apertura de plicas del proyecto, que se retrasó quince días, está prevista para el próximo 13 de diciembre, e indicó que a partir de ese momento empezarán las expropiaciones, como la del horno donde concluyó la marcha, por lo que el momento para paralizar el proyecto es antes de esa fecha.

«Si quieren, pueden paralizar el proyecto sin tener que indemnizar a nadie, porque en el momento en que se abran las plicas habrá que indemnizar a la empresa ganadora», aseguró. Algo que corroboraba a Levante-EMV el portavoz del colectivo, Josep Gabalda. Él, además, aseguraba que «no tiene sentido ampliar a tres carriles una vía que acaba en un túnel y un semáforo», como es el caso.

Y recordó que los atascos solo se dan en horas puntas, pero las carreteras «no se construyen pensando en horas punta sino en el tráfico habitual». Ferri, por su parte, lamentó que el Ministerio de Fomento se haya mostrado «inflexible» con la paralización del proyecto, y recordó que está pendiente la celebración de una reunión entre ese departamento y el Ayuntamiento de València.