La futura ordenanza de movilidad, que no entrará en vigor hasta, probablemente, el verano de 2018, quiere servir de puente hacía una nueva concepción de la ciudad, priorizando los desplazamientos peatonales y los modos de transporte sostenibles.

Así, València podría reformularse en uno de sus aspectos básicos. Pasar de ser una urbe con límite de velocidad de 50 km/h como norma general, a ser una metrópoli que adopte el límite 30 km/h como punto de partida. La tercera sesión celebrada ayer del debate participativo sobre la futura ordenanza de movilidad deliberó sobre esta cuestión; el máximo consenso se alcanzó con la idea de aspirar a ser una ciudad 30, excepto en aquellas vías de más de un carril en alguno de sus sentidos (accesos a la capital, rondas, grandes vías, etc), donde el límite continuaría siendo 50 km/h.

Sin embargo, otra de las propuestas lanzadas por el colectivo La Paisatgeria, que está desarrollando el proceso de participación, no consiguió tanta aprobación, la de establecer la zona de Ciutat Vella y el primer ensanche como zona 20 km/h. «Hay que adecuar la velocidad a las circunstancias de la vía», fue el razonamiento más utilizado.

Definir con exactitud qué vehículos podrán circular por el carril bus/taxi, y regular las condiciones de las paradas también generó un importante debate, en el que el representante del transporte colectivo de servicio público pidió que se permita el uso por este tipo de vehículos (metrobús, transporte escolar, etc).

Ninguno de los presentes puso objeciones a la limitación de la zona naranja para uso exclusivo residencial, ni tampoco a la necesidad de que se reduzca la velocidad en los entornos escolares a 10 km/h y se regulen zonas para las paradas de los padres.

Donde sí hubo muchas demandas fue en la regulación de las zonas de carga y descarga. Las empresas de distribución solicitaron que se amplíe el horario de los actuales 20 minutos a 35 minutos, que se permita el reparto vespertino en algunos casos y que se limite solo a profesionales acreditados el uso de estas zonas exclusivas, es decir, que se acabe con la permisividad actual a particulares y profesiones de todo tipo.