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Poblats Marítims

El Ciclo del Agua tratará los lodos de la desembocadura para atajar los malos olores

La entidad aplica nuevos métodos para adelantar la restauración ambiental de la "cloaca" del viejo cauce del Turia - Urbanismo convocará un concurso de ideas para el Parque de Desembocadura, donde habrá una playa fluvial

El Ciclo del Agua tratará los lodos de la desembocadura para atajar los malos olores

La Concejalía del Ciclo Integral del Agua del Ayuntamiento de València está estudiando fórmulas para el tratamiento de los lodos que se acumulan en el fondo de la desembocadura del cauce del Turia con el objeto de regenerar este espacio y acabar con los problemas de malos olores y mortandad de peces que se repiten año tras año, sobre todo en verano. Dentro del plan especial de Natzaret, que el puerto de València y el Govern de la Nau negocian, se incluye la restauración ambiental de la desembocadura, un proyecto que, según ha anunciado el consistorio, incluiría una playa fluvial y artificial para los vecinos de Natzaret, que verían así compensado, en una parte, la pérdida de su playa en los años 80 como consecuencia de la ampliación sur del puerto.

La solución hidráulica definitiva a la desembocadura del viejo cauce del Turia está pendiente de la construcción del último tramo del colector norte, entre el Oceanogràfic y el puente de Astilleros. Una infraestructura cuyo coste ronda los 40 millones de euros y cuya ejecución asumió hace años la Generalitat pero para la que no hay plazo ni financiación prevista.

Los mecanismos de regeneración ambiental de la desembocadura que estudia la concejalía del Ciclo del Agua, con el socialista Vicent Sarrià al frente, permitirían una solución a corto-medio plazo, avanzándose a la solución hidráulica definitiva y al nuevo plan especial de Natzaret, que lleva más de tres décadas de retraso y que supondrá la mejora y dignificación de la frontera del puerto y la ciudad.

Parque de desembocadura

Entre las actuaciones que se incluyen en dicho plan especial están la construcción de un Parque de Desembocadura, de extensión similar al de Viveros, que actuará de colchón verde entre el puerto y Natzaret. Este parque deberá conectarse con el último tramo del jardín del Turia (desde el Oceanogràfic hasta el puente de Astilleros) y con el corredor verde de la ZAL y el Saler.

El ayuntamiento asegura que el Parque de Desembocadura por sus dimensiones y porque supone una pieza clave del puzzle de la fachada marítima merece un proyecto singular y participado por los ciudadanos, por lo que se baraja la idea de convocar un concurso de ideas.

Para la regeneración de la desembocadura, donde se acumula el agua, en teoría, pluvial de la ciudad se han aplicado de momento soluciones de ventilación que no han resultado demasiado efectivas. El concejal del Ciclo Integral del Agua apuntó, en este sentido, que el problema no es que por allí vaya agua sucia. La desembocadura, dijo, es un desagüe natural por el que en teoría y salvo episodios puntuales de fuertes lluvias va agua limpia. El problema, dijo, son los lodos que se acumulan en el fondo, que cuando sube la temperatura generan gases. Hasta ahora se ha actuado básicamente en fórmulas de ventilación con un éxito no demasiado brillante, dijo.

El año pasado, la concejalía aplicó una estrategia nueva consistente en aumentar los aportes de agua limpia procedentes no sólo del Oceanogràfic, sino también de los túneles del nivel freático y desde la red de baja presión para riego del Turia. Ahora se va a trabajar en el tratamiento de los lodos, que es el problema principal. «Estamos trabajando en soluciones para recuperar ese último tramo en un plazo más corto del previsto», apuntó Sarrià, independientemente de lo que se vaya a hacer en función de la disponibilidad presupuestaria para la ejecución del colector y del último tramo del Jardín.

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