El secretario autonómico de Medio Ambiente, Julià Àlvaro, ha defendido la actuación de la conselleria en la quema de la paja del arroz y ha asegurado que los retrasos y cambios de calendario se han debido a la meteorología, que ha retenido la contaminación en València. No obstante, cree que para el año que viene, todo lo más tardar, habrá que cambiar el sistema y abordar una solución desde el punto de vista «agrario», no medioambiental, es decir, por parte de los propios agricultores y la conselleria, avanzando hacia lo dispuesto por la Unión Europea, que es retirar la paja y proceder a su quema únicamente en lugares y momentos excepcionales.

Las declaraciones de Julià Àlvaro se producen después de que los agricultores denunciaran el «caos» y el «desastre» que está siendo la quema de la paja del arroz este año, con gran parte de los desechos todavía en los campos, con las parcelas sin poder ser anegadas y con riesgo de que una tormenta se lleve todos los residuos a la Albufera. Denuncian, así mismo, la presión de las Fuerzas de Seguridad, que ya habrían puesto 800 denuncias por quemar fuera de hora o por las noches, aunque el propio Àlvaro reduce el número de «expedientes» a doscientos aproximadamente.

En respuesta a todos ellos, el secretario autonómico de Medio Ambiente asegura que «no ha fallado nada» en un proceso que, según recuerda, había sido pactado con todas las partes. Lo que ha ocurrido, a su juicio, es que la meteorología y la famosa inmersión térmica ha complicado los problemas de contaminación y aunque está seguro de que la paja del arroz no es la causante de la misma, ha habido que alterar los calendarios de quema.

No obstante, Julià Àlvaro cree que para el año que viene, «sin demorarlo más», hay que introducir cambios y aproximarse a lo dispuesto por la Unión Europea, que es reducir las quemas a situaciones excepcionales, subvencionando incluso la retirada de la paja. «Hay que buscar soluciones estructurales, ya que durante años se han ido poniendo parches», dijo.

Proceso en marcha

Este año ya se ha reducido la quema de 15.000 a 6.000 hectáreas y se han recogido 3.000 toneladas de forraje frente a las 100 del año anterior. Sin embargo, cree que hay que seguir avanzando y mejorar el sistema de manera inmediata. Y hace algunas precisiones.

Àlvaro cree que la quema de la paja del arroz es un problema agrario, no medioambiental. «Nosotros nos encontramos con un problema de contaminación y tenemos que actuar, pero la causa es la quema, luego deberán ser los propios agricultores y la conselleria los que afronten el problema», dijo. «Si nos centramos en la terapia y no vamos a la causa, no solucionamos el problema», añadió. «Y no es culpa de uno solo, es culpa de todos», sentenció.