La falta de poda de los olivos del barrio de la Aguja se ha convertido no solo en una molestia porque el ramaje, por su frondosidad, casi se mete dentro de las casas, también en un riego para los vecinos y viandantes. El pasado miércoles por la tarde, una rama de grandes dimensiones y parte del tronco de uno de los olivos se desprendió por el peso y se desplomó "con gran estruendo" en la calle, zona habitual de juego de los niños pero por la que en ese momento no pasaba nadie, relataron a este diario los vecinos.

Las familias de esta barrio singular de casas bajas ubicado a espaldas de la avenida del Cid,ya habían advertido unos días antes a la Policía Local del riesgo que suponía este árbol por la inestabilidad que aparentaban la ramas que soportan mucho peso por la falta de poda. El miércoles, después de caer la rama, se personaron la Policía y los Bomberos, que trocearon el medio árbol que había caído para retirar el tronco y las ramas. Los vecinos pensaron que tras la intervención, el ayuntamiento enviaría a la contrata a sanear el arbolado para evitar accidentes, sin embargo, aseguran que los operarios municipales no han hecho acto de presencia.

Hongos y falta de ventilación

Fuentes vecinales explicaron que llevan denunciando desde hace años la falta de mantenimiento de los olivos del barrio. Aseguran que "los bomberos nos han dicho q estas calles no pueden estar así porque son una ratonera en caso de incendio, al estar el arbolado tan pegado a las casas". "Esto parece la Selva Negra", ironizan.

Los vecinos dicen que la única explicación que han recibido es que la falta de poda, sumada a la humedad generada por la falta de ventilación derivada de la frondosidad de los olivos y del efecto pantalla de los edificios altos de la avenida del Cid provocan la proliferación de hongos en los olivos. El hongo se introduce en las grietas del árbol causando en último extremo la caída del mismo. "Nos han explicado que este hongo ha afectado a más árboles del barrio", por lo que los vecinos reclaman una intervención urgente.

Además del mal estado fitosanitario del arbolado, los vecinos denuncian que la falta de recogida del fruto, que por el tamaño del arbolado, suele ser abundante y ensucia considerablemente las calles y aceras.

El Barrio de la Virgen de los Desamparados, conocido popularmente como barrio de la Aguja, está "escondido" entre los edificios altos de la avenida del Cid y las calles Burgos y Salvador Ferrandis Luna.

Este barrio, de casas bajas y unifamiliares de estética modernista, fue construido por el Sindicato de la Aguja en el año 1930 y auspiciado por la Catedral Metropolitana de València en su programa de casas baratas que se construyeron en varios puntos de la ciudad.