La cifra de impagos por impuestos de personas no residentes en València que el Ayuntamiento podría recuperar vía embargo de cuentas, como ya hace con las sanciones de tráfico, "no será inferior a los 15 millones de euros previstos por las multas".

Así lo asegura en una entrevista con la Agencia EFE el concejal de Hacienda de València, Ramón Vilar, quien, no obstante, afirma que prefiere no hablar de estimaciones de cifras que no tiene totalmente controladas.

Según Vilar, esta primera fase de gestión ejecutiva no tributaria de las multas "está funcionando muy bien" y de hecho dos importantes entidades bancarias ya tienen "bloqueado" un millón de euros, "el paso previo al embargo".

El objetivo es extender el convenio para hacer efectivo el pago de multas impagadas a través de embargos de cuentas bancarias de sucursales de fuera de la ciudad "a cualquier deuda tributaria impagada de IBI, ICIO, IAE o circulación que se pueda cobrar mediante un convenio con la Generalitat".

"Algo normal", según Vilar, para quien durante las dos décadas de gobierno municipal del PP lo que hubo fue "una microamnistía fiscal permanente de facto" en la que "el que no pagaba no pagaba, la inspección estaba muy relajada y sin medios, y no había convenios de gestión de cobros con la Generalitat", a pesar de ser todos del PP.

Explica que sería un "engaño" decir que se quieren bajar los impuestos y que lo "más fácil y honesto es decir que no se van a subir y para eso hay que recaudar más con una mejor gestión", lo que están haciendo, sentencia.

"Si logramos que todos paguen lo que tienen que pagar, todos tendremos que pagar menos", resume Vilar, quien reconoce que no deja de «dar vueltas a aumentar algún tipo de recaudación» pero que no afecte de forma lineal a todos los ciudadanos.

Valora el "gran esfuerzo" del consistorio para cerrar el año con una media de pago a proveedores "entorno a los 8 días", lo que supone ahorrar en intereses de demora y "tener más dinero líquido para inversión o gasto corriente".

En esa línea de ahorro, defiende al remodelación de la deuda bancaria que ha permitido rebajar la carga financiera este año 6,5 millones, "que en vez de ir a los bancos ahora van a las personas". Con estas previsiones, València cerrará 2017 con una deuda de 579 millones, frente a los 658,9 del año anterior.