El CEIP San José de Calasanz está en pie de guerra con el Ayuntamiento de València y la Conselleria de Educación. El pasado 21 de noviembre, a primera hora de la mañana, el falso techo de la sala del AMPA cedió y, aunque no hubo ningún herido, dejó al descubierto los enormes desperfectos con los que cuenta la estructura. Por el momento, ninguno se hace cargo de la reforma.

La dirección del centro se puso rápidamente en contacto con el ayuntamiento, que envió una arquitecta para evaluar los daños. Solo un día después, elaboró un informe explicando que las bigas metálicas presentan un alto grado de oxidación y que la madera está podrida y llena de carcoma porque hay entradas de agua importantes.

Así mismo, aunque el informe indicaba que la estructura del edificio puede haber sufrido daños graves, remitía a la intervención de la Conselleria de Educación porque la actuación «excede las competencias del consistorio».

Aquí es donde comienzan los problemas para el colegio porque desde Conselleria les han informado de que no es competencia suya porque la infraestructura no está afectada.

Mientras el Ayuntamiento y la Conselleria se ponen de acuerdo, el colegio lleva esperando cerca de un mes una solución primordial para la seguridad de los estudiantes y trabajadores del centro.

Se han desplazado cuatro aulas del piso de arriba de la zona afectada a una sala que corre el riesgo de hundirse. No había otra posibilidad, era eso o dar clase en el patio.

El CEIP San José de Calasanz es de 1940 y llevan esperando una reforma presupuestada por la Generalitat desde 2010, pero como indican desde el AMPA, «la actuación se va retrasando porque los colegios en barracones tienen prioridad». Así llevan ya siete años, en una situación cada vez más crítica.

Hace tres años ya cayó un techo y el pasado septiembre se incendió el aula de Educación Física.

Ante esta situación, el AMPA y la asociación de vecinos han decidido hacer una manifestación la próxima semana y no entrar al colegio en señal de protesta.

«Queremos que el tema tenga la mayor repercusión posible. Si hace falta cortaremos la calle para que todos vean lo que pasa», apuntan desde las asociaciones.