El Ayuntamiento de València impulsará la creación de un Centro Mundial de Alimentación Sostenible (CMAS) que podría ponerse en marcha en 2019 y servirá para coordinar políticas saludables, la difusión de las diferentes acciones que ponga en marcha y de los valores sostenibles, además de tener una vertiente destinada a la investigación. Con este anuncio el alcalde Joan Ribó puso la guinda a la Capitalidad Mundial de la Alimentación que ha exhibido València en 2017, aunque más que un proyecto que culmina todo un año de iniciativas, es el inicio de un ambicioso plan que se prolongará hasta 2023.

«El Ayuntamiento de València y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO), en el marco del acuerdo de colaboración que firmamos en 2016, trabajamos conjuntamente con el objetivo de crear un Centro Mundial de Alimentación Sostenible encaminado a la investigación, divulgación y sensibilización de los grandes retos a que se enfrentan las ciudades y las poblaciones en general en cuestiones alimentarias y nutricionales. Todo esto en el marco de un cambio climático que no podemos olvidar ni dejar de banda. Queremos que este centro, el CMAS, sea una institución ligera en sus comienzos, con vocación de herramienta facilitadora y con gran capacidad de gestión y conexión, pero austera en sus presupuestos de mantenimiento», anunció ayer el alcalde en el acto que despedía la Capital Mundial de la Alimentación 2017.

Ribó explicó que ya están trabajando para el encaje legal de este centro, que aspira a tener colaboradores internacionales y de fundaciones, pero no se atrevió a ofrecer una fecha exacta de entrada en funcionamiento, aunque le gustaría que el proyecto arrancase con fuerza en la segunda mitad de 2018 para ponerse en marcha en 2019. «En estos momentos estamos trabajando en su diseño legal, que esperamos tener listo en el primer semestre de 2018 para que esté operativo entre finales de 2018 y principios de 2019», dijo.

Se desconoce de momento cómo se financiará y cuál será su sede, aunque el máximo representante municipal recalcó que será una entidad austera. Joan Ribó aclaró que no se trata de una «sucursal» de la FAO, sino de una entidad municipal con

proyección internacional.

En cuanto al acto de clausura de ayer, el alcalde explicó que servía de colofón «a todo un año de trabajo en el que creo que hemos trabajado muy bien», y reiteró que València «quiere continuar siendo referente mundial de la alimentación sostenible», y por eso trabajaremos en dos direcciones; por un lado el centro internacional de alimentación sostenible; por otro, explicó que su gobierno ya tiene «un proyecto para desarrollar iniciativas en el próximo cuatrienio, desde la producción de proximidad y ecológica hasta la comercialización de kilómetro cero en los mercados municipales y en la formación desde los niños y niñas en las escuelas, hasta las personas mayores». Algo, señaló Joan Ribó, que ya se contempla en los presupuestos municipales del año 2018.

Más que sobresaliente

Por su parte, Enrique Yeves, director de comunicación de la FAO, aseguró que de ponerle una nota a València por su capitalidad, «del 1 al 10 le pondría un 11». «Hay que facilitar a València por su éxito. Esto no es el final de un ciclo, sino el principio. Ojalá otras ciudades tomen el ejemplo de València», añadió.

Según el representante de la FAO, el centro internacional de alimentación sostenible «permitiría que desde València se intercambiaran proyectos entre las ciudades, que se pudiera investigar y, sobre todo, que se pudiese también sensibilizar a la opinión pública en favor de la alimentación sostenible».