El alcalde de València, Joan Ribó, y el concejal de Hacienda, Ramón Vilar, anunciaron ayer la amortización de un crédito de 24 millones que había sido firmado con el banco de Santander por el anterior gobierno del PP en el año 2012. De esta manera, la deuda se sitúa por debajo del 75% de los ingresos municipales, lo que devuelve al consistorio la denominada «autonomía financiera», es decir, que ahora ya pueden pedir créditos sin estar sometido al control del Estado.

Según explicó Joan Ribó, el adelanto de este crédito, solicitado en su día para pagar a proveedores, demuestra que «las cosas funcionan bien». «Pagamos rigurosamente a los proveedores y además amortizamos deuda», dijo el alcalde, que aseguró que en 2018 se adelantarán otros 30 millones de tres préstamos pendientes.

La amortización de este primer crédito permitirá ahorrar cerca de dos millones en intereses de aquí a 2022, que era cuando expiraba el plazo. Pero además, rebajará la deuda de este año de los 583 millones previstos a 559, lo que significa que la deuda global se sitúa por debajo del 76,9% del presupuesto (concretamente baja del 76% previsto al 71,9%) y a partir de ahora el consistorio podrá solicitar créditos libremente.

Ribó explicó que en este momento no es necesario pedir préstamos porque las cuentas están saneadas, pero valorar esa autonomía financiera por si en algún momento se produjera una emergencia.

Mejores condiciones

En este sentido, Ramón Vilar puso en valor también el hecho de que ahora cualquier crédito que se pida tendrá menos intereses que aquellos otros. De hecho, el que ahora se amortiza estaba al 1%, mientras que un crédito nuevo podría firmarse al 0,05%. «De una quiebra efectiva hemos pasado a adelantar pagos», dijo.

Para el año 2018, la previsión, además, es seguir reduciendo deuda más aún de lo previsto. El adelanto de créditos permitirá que a finales del año que viene el nivel de endeudamiento se sitúe en el 60%, cinco puntos por debajo de lo calculado inicialmente.

De lo que no se libra el Ayuntamiento de València es del plan de ajuste y la regla de gasto impuesta en su día por el Ministerio de Hacienda a los ayuntamientos más endeudados. En este sentido, el alcalde elogió los movimientos que se están realizando en Madrid para acabar con este «corsé», que afecta a la mayoría de los 8.000 municipios de España.

Capital de la alimentación

En otro orden de cosas, Joan Ribó hizo balance económico de la Capitalidad Mundial de la Alimentación y explicó, como había hecho minutos antes a los portavoces de los grupos municipales, que el gasto total ha sido de 600.000 euros. No obstante, los diferentes actos han tenido una repercusión mediática en 180 paises que de haber tenido que pagar como publicidad de València habría costado 8 millones de euros.

Ribó también anunció que el futuro Centro Mundial de la Alimentación Sostenible tendrá dos espacios físicos en València, probablemente uno en una alquería de Benicalap para los asuntos de València y otro en la Marina para los programas internacionales.