La primero anunciada y luego prohibida por la Concejalía de Movilitat «papanoelada motera» vivió ayer la paradoja de no celebrarse oficialmente, pero de producirse, bajo los mismos términos, e incluso con más moteros y moteras vestidos de Papa Noel de los previstos inicialmente.

De este modo, los participantes y organizadores en principio, como el vicepresidente de Cremant Roda, Javier Murat, dejaban claro que el evento original «no se celebró» porque «estaba prohibido». Pero, ante el deseo y la ilusión de llevar los materiales y juguetes a los niños enfermos de cáncer y a sus familiares, decidieron organizar «una quedada de amigos» para visitar primero la Casa Ronald McDonald y luego la sede de la Asociación de Padres de Niños con Cáncer (Aspanion).

En la primera se entregó buena parte de los casi 2.000 euros recaudados en utensilios de cocina, camas, sillas, útiles de limpieza, así como juguetes y gominolas, a unas 16 familias. Mientras que en la segunda se otorgaron también juguetes, gominolas a los menores. Así como vino y turrón a los padres.

Después, la quedada marchó hacia las calles más céntricas de la ciudad para «ver las luces navideñas» y también, todo hay que decirlo «para hacernos ver y oír», como así hicieron en la calle Colón, lugar donde se notó más su presencia. Tanto es así que en redes sociales hubo algunas quejas, y el propio concejal de Movilitat, Giuseppe Grezzi (Compromís), retuiteó alguna de ellas.

Por su parte, la concejal de Policía, Annaïs Menguzzato (PSPV), aclaraba a Levante-EMV que la concentración no tenía permiso, pero pese a eso la Policía Local acudió «como hace siempre que tiene constancia de alguna concentración masiva, para garantizar la seguridad». Así que los Papa Noel moteros salieron a la calle sin problemas. También matizó que «no se produjeron incidentes».

Murat, por su parte, comentaba que había ido «todo muy bien» y que, según la Policía, «acudieron cerca de 1.000 personas», cuando en principio había previstas unas 500. Por tanto, para él, «la polémica y la prohibición a última hora tuvo un efecto rebote», cosa que confirmaban también los asistentes.

El vicepresidente aseguraba que la gente en las calles les sonreía y les aplaudía y que su evento tuvo, como en los dos años anteriores, una «gran acogida». Murat dio las gracias a la Policía por el trato prestado y dijo que «no nos iban a quitar la sonrisa que nos han dado los niños».