La apuesta del equipo de gobierno de la Diputació de València que encabeza Jorge Rodríguez por el municipalismo se ha consolidado con la aprobación «en tiempo y forma» del tercer presupuesto de la legislatura, el que recoge las cuentas para 2018. Un presupuesto que, en palabras de Rodríguez, «reactiva económicamente los municipios con más inversiones directas para los ayuntamientos y una mayor agilidad en la tramitación de las ayudas».

De cada 100 euros del presupuesto, 25 euros irán a parar directamente a los ayuntamientos a través de programas como el Fondo de Cooperación Municipal, puesto en marcha el pasado año junto a la Generalitat, o el Plan de Servicios y Obras Municipales (SOM), para el que se ha duplicado la asignación en la presente legislatura. En total, la Diputació destinará alrededor de 100 millones de euros el próximo año para «seguir invirtiendo en los municipios en aquello que los alcaldes y alcaldesas consideren prioritario para dar respuesta a las necesidades de sus vecinas y vecinos».

El Presupuesto para 2018 alcanza los 473 millones de euros, un 9% más que en el anterior ejercicio, y elimina los convenios singulares en beneficio de las ayudas regladas concedidas bajo criterios objetivos. Según explica el presidente, «esta gestión eficaz y transparente permite a los ayuntamientos organizarse y saber desde principio del año el dinero del que van a disponer a través de los planes provinciales para decidir lo que pueden gastar y a qué van a destinar esas partidas».

Jorge Rodríguez ha destacado igualmente el incremento progresivo del nivel de ejecución de los presupuestos, en paralelo a una tramitación más ágil que permite mejorar esta eficacia en la gestión, y la reducción de la deuda, que en 2014 se cifraba en 266 millones de euros y a finales de 2018 se prevé que ronde los 133 millones, la mitad de lo que se debía en el último tramo de la anterior legislatura. Para Rodríguez, «esta mayor eficacia en la gestión de la Diputació se debe a esa confianza depositada en los municipios y su autonomía, pero también al fin del clientelismo y las fanfarronadas». Los datos muestran ese cambio de modelo en la gestión de la corporación provincial. Según explica el presidente de la Diputació, «en 2014 las ayudas no regladas del anterior gobierno eran de 34, 4 millones de euros, por 23,6 millones en ayudas regladas. Este año, hemos repartido 83,9 millones entre los municipios en ayudas regladas y 4 millones en convenios singulares que ya no existirán en 2018».

En resumen, «la consolidación de este presupuesto como modelo de gestión confirma que esta institución se ha puesto en marcha tras el colapso generado por la corrupción y ha dejado de dar vergüenza a los ciudadanos. Ahora estamos en disposición de dar buenas noticias, como la de dotar de mayor liquidez a los ayuntamientos, triplicar las partidas para servicios sociales básicos o promover la igualdad entre los municipios, sean de litoral o de interior, estén más o menos alejados de la capital y tengan el color político que tengan», ha señalado Rodríguez.