El alcalde de València, Joan Ribó, mantuvo ayer un encuentro con representantes de 14 entidades sociales que solicitaron reunirse con los representantes municipales para conocer de cerca las iniciativas en materia de movilidad y urbanismo que el Ayuntamiento de València tiene previsto acometer a lo largo de 2018.

Ribó fue el maestro de ceremonias en un encuentro en el que los representantes de las asociaciones echaron en falta a los ediles de las distintas áreas cuyas políticas inciden en los barrios más céntricos de la ciudad. Así, el representante de los comerciantes del centro histórico, Rafael Torres, coincidió con la presidenta de la Federación de Vecinos de València, Maria José Broseta, al lamentar la ausencia en la reunión de los concejales de Turismo, Urbanismo y Protección Ciudadana, para entre todos debatir «sobre el nuevo modelo de ciudad», con el que se mostraron «muy de acuerdo en el fondo, pero no tanto en las formas», declaró Torres, para quien ha faltado «mucha información y coordinación entre áreas».

De hecho, fue Ribó el encargado de comunicar los avances en dos de las actuaciones urbanísticas y de movilidad más polémicas a la par que esperadas de la legislatura del Govern de la Nau, que tendrán un gran impacto en el desarrollo habitual de la ciudad.

Por un lado, la reurbanización de la Plaza de la Reina, que será convertida en una verdadera zona peatonal y cambiará la entrada y salida al aparcamiento subterráneo. Ribó anunció que las obras «no están previstas para que comiencen antes de verano», lo que supone un retraso en las estimaciones que hizo el Consistorio de arrancarlas en el mes de abril.

La otra gran obra de peatonalización tiene que ver con la Plaza del Ayuntamiento. Tras una serie de desencuentros entre la concejalías de Movilidad y Urbanismo, Ribó anunció que ya se ha encargo la redacción del pliego para cerrar al tráfico de la plaza.

Además, este proyecto fue la segunda propuesta ganadora en los procesos participativos impulsados por el propio Ayuntamiento. En breve se publicarán las bases para el concurso de ideas y se espera «poder licitar el proyecto este año», un hecho que aseguraría el inicio de esta obra en 2019 al margen de los resultados electorales en los comicios del mes de mayo.

Brujas, marginal del Río y EMT

Ribó enumeró tres cambios urbanísticos más. Las obras del aparcamiento de la plaza de Brujas «comenzarán prácticamente antes de San José» (el 19 de marzo), según las estimaciones de los técnicos del ayuntamiento.

En estos momentos se encuentran en fase de licitación y en poco tiempo «se podría poner en marcha». En este punto Ribó quiso aclarar que «la entrada al aparcamiento no afectará a los autobuses», ya que se ha buscado una vía alternativa para el discurrir normal de las líneas.

El margen del Jardín del Río Túria también será susceptible de generar problemas en el tráfico porque la concejalía del Centro integral del Agua, que dirige Vicent Sarrià, «comenzará las obras muy pronto y se harán en tres fases», indicó Ribó.

Por último, el alcalde se refirió a la «remodelación de algunas líneas de la EMT a partir del desdoblamiento de la calle de Navarro Reverter» por el que se habilitará un carril bus en sentido hacia la Puerta del Mar, así como la introducción de los nuevos autobuses que, según dijo, están ya en la cochera.

Comerciantes y vecinos, a favor

El representante de los comerciantes del centro, Rafael Torres, reconoció que el colectivo está a favor de las políticas puestas en marcha por el ayuntamiento porque son conscientes «de la necesidad de pacificar el tráfico para generar más dinamismo comercial y tranquilidad entre los vecinos».

Sin embargo, aseguró que hay un sentimiento común entre los agentes sociales de estar desinformados de las decisiones municipales y de sufrir las consecuencias «de los malos entendidos entre concejalías».

De esta falta de armonía que criticaron los asistentes nace esa «sensación negativa respecto al centro de la ciudad» que han detectado en clientes y vecinos.

En esta línea intervino Maria José Broseta, presidenta de la federación de Vecinos de València, quien aseguró que el problema común que se encontraron entre las entidades fue la falta de información real sobre las actuaciones en el centro histórico, y lamentó «el sin sentido que tienen muchas de ellas para algunos vecinos».

Por eso, exigió que las entidades sociales tengan la posibilidad de debatir y cambiar aspectos de las propuestas del ayuntamiento. Por ello reclamaron «diálogo» frente a las decisiones impuestas, la improvisación y las incertidumbres.

Compromiso en Movilidad

Torres reconoció que el alcalde se comprometió ayer a que las entidades de Ciutat Vella tengan un papel activo en la Mesa de Movilidad que está convocada para la semana que viene, donde podrán intervenir y mostrar su punto de vista, ya que las 14 entidades «son representantes de los ciudadanos para los que el Govern trabaja». De hecho, Ribó aseguró que el cambio en movilidad de València pasa por mejorar la participación y la coordinación con los vecinos y no limitarla a las propuestas del ayuntamiento.