La Marina de València ha sido esta Navidad el inusual lugar de refugio de una embarcación histórica, aunque en este caso forzada por el temporal que sacudió las costas valencianas coincidiendo con el fin de semana de Reyes.

Al tiempo que los modernos M32 entrenaban en sus aguas, un espectacular velero, réplica de una fragata del siglo XVIII, amarraba en la marina. Se trataba del buque escuela ruso Shtandart, construido en 1994, que amarró frente a la Marina Norte el pasado sábado 6 de enero buscando refugio tras una tormenta.

Durante 24 horas, el velero abrió sus puertas para que cientos de personas pudieran visitarlo. Se trata de una embarcación con tres mástiles de 34,5 metros de eslora y 6,95 de manga, que cuenta con seis tripulantes y 19 alumnos a bordo.

El navío ejerce la doble función formativa y de museo. El original fue ordenado construir por el zar Pedro I de Rusia, Pedro el Grande, en 1703. El zar bautizó al velero como «el primogénito de la flota» y es una de las joyas de la marina rusa. Una vez superada la tormenta, el barco se hizo de nuevo a la mar sin complicaciones.