La anguila europea, la que vive por ejemplo en l'Albufera, es una de las especies más amenazas del planeta, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN). Aunque su población todavía es elevada, está disminuyendo de manera alarmante, por lo que científicos de todo el mundo tratan de dar con las respuestas para asegurar su supervivencia. En El Palmar o El Perellonet y otras poblaciones de la ribera del lago viven con preocupación este proceso. La gastronomía del lago y la economía de muchas familias dependen de este pez en gran parte. En El Perellonet se han encendido todas las luces rojas tras constatar por primera vez en la historia que no hay capturas de angulas, el alevín de la anguila. Si no consiguen llegar a l'Albufera, los efectos se podrán dejar notar en unos años, cuando se resienta también la pesca del ejemplar adulto, imprescindible para uno de los platos estrella de los Pobles del Sud, el «all i pebre».

Pero entre las investigaciones que hay en marcha, entre ellas una de la Universitat Politécnica de València, destaca la que está llevando a cabo la Fundació Oceanogràfic en colaboración con la empresa Rara Avis. El objetivo último es conseguir que la anguila se reproduzca en cautividad, algo tremendamente complicado y que ningún proyecto científico ha logrado todavía.

Pero el proyecto de la Fundació Oceanogràfic y Rara Avis ha conseguido progresos muy importantes. Con su proceso de terapia hormonal y tecnología «recombinante» han logrado que una angula genere entre 5 y 6 millones de huevos, que ya se acerca bastante al ciclo natural de hasta 11 millones de huevos. «Hasta ahora las investigaciones habían conseguido llegar a los 300.000 huevos o cifras similares, por lo que el salto que hemos dado es importante», explica José Luis Crespo, responsable del área de conservación de l'Oceaogràfic.

Crespo, sin embargo, advierte de que el quid de la cuestión no es la cantidad «sino la calidad de los huevos». «El problema es que no se han logrado huevos buenos, es decir, con la calidad suficiente para que las larvas sobrevivan. Lo máximo que se ha logrado hasta la fecha es que aguantes 26 días como máximo», asegura el jefe de conservación.

La cifra de 26 días de supervivencia suena ridícula cuando se compara con el ciclo vital de las anguilas. Las anguilas fecundadas salen de sus hábitats (como l'Albufera) y viajan durante meses al Mar de los Sargazos, en el Caribe. Allí ponen los huevos. Las larvas pueden viajar hasta dos años para preparar la conquista de agua dulce. En las costas, frente a desembocaduras, evolucionan hasta convertirse en angulas (0.3 gramos de peso y hasta 7 centímetros de largo). Si las condiciones lo permiten, iniciarán su camino contracorriente en busca de un lago o río donde se convertirán con el paso de los años en poderosos ejemplares de anguilas.

«Lo que está sucediendo ahora en El Perellonet -donde no están pescando ni un gramo de angulas por el bajo nivel de l'Albufera- puede traer consecuencias en unos años. Tal vez nos encontremos con un descenso importante de la población», explica Crespo.

Las causas del problema

Las causas del descenso tan alarmante de población son muchas, pero está más que demostrado que si no llueve y no hay nivel suficiente agua en ríos y lagos, las angulas no llegan a completar su ciclo, al igual que es determinante la contaminación, porque es un animal que necesita la mejora calidad para no morir. «Además el tráfico marítimo o las barreras que ha ido construyendo el hombre ha puesto en jaque a la especie», añade Crespo. La Fundación Oceanogràfic y Rara Avis llevan año y medio desarrollando su proyecto de reprodución de anguilas en cautividad, que podría garantizar la supervivencia de la especie.