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Tras ser reformado

El monasterio de la Roqueta continúa sin uso definido un año después de su recuperación

Las entidades vicentinas exigen que se excave el subsuelo del edificio y se dedique un espacio a San Vicente Mártir

El monasterio de la Roqueta continúa sin uso definido un año después de su recuperación

Un año después de completarse la reforma estructural del monasterio de San Vicente de la Roqueta, el Ayuntamiento de València, propietario del edificio, sigue sin asignar un uso concreto al mismo. De hecho, la Asociación Valencia Cultural-Vía Augusta y Camino de San Vicente Mártir pidió ayer que se resuelva esa incógnita dando atención preferente al santo. Piden, así mismo, que se lleve a cavo la excavación prometida en busca de los restos del mártir y lamentan, una vez más, que la fachada que le ha quedado al edificio después de la reforma no respete el aspecto antiguo.

El monasterio de San Vicente de la Roqueta, situado a escasos metros de la Plaza de España, está considerado la cuna del Cristianismo valenciano, pues allí se supone que fue enterrado San Vicente Mártir, patrón de la ciudad, cuyo día se celebra este próximo lunes. No obstante, el edificio, cuyos elementos más antiguos datan de la época medieval y la mayor parte del mismo es del siglo XVII, ha pasado por diferentes usos que terminaron en su abandono y casi absoluta ruina.

Durante tres décadas ha estado de hecho sumido en el olvido total, siendo propiedad municipal y pendiente de una restauración que finalmente impulsó el PP antes de salir del Gobierno y que ha finalizado el Govern de la Nau a principios del año pasado.

Esa restauración ha permitido básicamente consolidar su estructura y dejarlo preparado para excavar el suelo en busca de los restos del mártir y del templo constantiniano que se construyó en su memoria; y para albergar un servicio de carácter cultural de cuyas características dependerá la segunda fase de la reforma, que es la adecuación concreta a la función que se le asigne.

Y en este impás se encuentra actualmente. Un año después de la restauración, el Ayuntamiento de València no ha decidido qué usos tendrá ese edificio ni tampoco cuándo comenzará la excavación del subsuelo, que también se ha condicionado, precisamente, a la función que se le dé al edificio.

En tiempos del PP se barajó la posibilidad de instalar allí la biblioteca central, que ahora está en la Plaza de Maguncia, pero el actual gobierno ha descartado esa posibilidad. De hecho, ya ha presupuestado en 1,4 millones de euros la compra del edificio del Centro Excursionista, en la Plaza Tabernas de la Valldigna, para llevar esa biblioteca.

Por parte del nuevo gobierno todo lo que se ha dicho es que será una dotación pública de carácter cultural, sin una vinculación obligatoria a la figura de San Vicente.

Los vicentinos protestan

En estas circunstancias, ayer las asociaciones vicentinas hicieron un comunicado con tres puntos principales. Su primera exigencia es que se hagan las excavaciones arqueológicas en todo el recinto del monasterio, excavaciones que califican de «preceptivas» al tratarse de un monumento histórico artístico nacional. Para esos trabajos ofrecen un georradar.

En segundo lugar piden que se defina el uso del monasterio, «en el cual tiene que estar muy presente la figura de San Vicente Mártir». Concretamente, piden que se le dedique un espacio propio y se incluya un centro de interpretación de la València romana y una biblioteca.

Finalmente, aseguran que «a nadie nos ha gustado la actuación arquitectónica en la fachada del monasterio, donde han enlucido totalmente la pared y transformado las ventanas haciéndolas modernas y funcionales, incluso con canaleras de aluminio». Según dicen, «no han respetado las arcadas de ladrillo sobre ventanas y puertas, que hubiera conservado el aspecto más antiguo».

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