Las alquerías de Olba, un pequeño conjunto de edificaciones de la huerta de Marxalenes construidas entre los siglos XVII y XIX, permanecieron en el olvido durante demasiados años, hasta el punto que su degradación llegó a poner en peligro su integridad.

Rodeadas hoy por altos edificios y abrazadas por la línea del tranvía, estas cuatro casas de labranza han sido una de las prioridades del actual equipo de gobierno, que no solo está invirtiendo en sanear y afianzar sus estructuras, sino que está urbanizando el entorno.

Sin embargo, entre los vecinos de Marxalenes se encendió la luz de alarma cuando comprobaron que el retablo de San Vicente Ferrer, ubicado en el número 15 de la calle Olba, había desaparecido.

La Asociación de Vecinos del barrio se puso rápidamente en contacto con el concejal de Gobierno Interior, Sergi Campillo, al que alertaron del presunto expolio, aunque el edil de Compromís rápidamente los tranquilizó.

El retablo, colocado en 1924, ha sido tapiado por la empresa que realiza las obras de afianzamiento de las alquerías hasta que vengan mejores tiempo y pueda abordarse una rehabilitación completa de los edificios, incluidos los diversos elementos decorativos.

El retablo cerámico está formado por doce piezas y representada a San Vicente Ferrer, con hábito de dominico, y señalando con su mano derecha la filacteria en la que figura su lema «Temite Deum». Precisamente por su valor histórico se ha optado por protegerlo tapiándolo, ya que las alquerías han sido víctimas a lo largo de los últimos años de actos de vandalismo.

El Ayuntamiento de València ya inició en diciembre de 2016 una primera fase para rehabilitar las alquerías de Olba, con unas obras que se centraron en la limpieza del entorno, el desescombro manual, el desmontaje de elementos inestables. Se invirtieron 23.000 euros.

En septiembre del año pasado se activó la segunda fase de recuperación. La Concejalía de Gobierno Interior ha invertido 59.000 euros con una intervención que ha consistido en el tapado de los huecos existentes en los tejados, mediante la colocación de chapas onduladas en el ámbito del agujero a tapar y en toda la pendiente del tejado. También se ha aplicado una veladura de cal para las fachadas.