El Ayuntamiento de València planea crear de cara al año que viene una nueva tasa para las empresas que alquilan vehículos en la vía pública y que no usan estaciones -como es el caso de Valenbisi-.

Se pretende de esta forma regular los nuevos negocios que están desembarcando en las grandes ciudades y que, en determinados casos, han provocado problemas de vandalismo y abandono.

El consistorio también busca la fórmula para que estas compañías paguen impuestos como cualquier iniciativa privada que desarrolla su actividad en la calle, ya que en la mayoría de los casos estas mercantiles ni siquiera tributan el impuesto de matriculación o de actividades.

Como ya adelantó en exclusiva Levante-EMV, primero fue la compañía china OFO la que intentó desembarcar en València con sus negocio de bicis de alquiler en la calle, sin necesidad de anclarlas en ninguna parte. Tras una reunión con el área de Movilidad Sostenible, paralizaron su proyecto, ya que el concejal Giuseppe Grezzi les informó de la intención del ayuntamiento de regular este tipo de iniciativas.

Primero con la nueva ordenanza de circulación que obligará a estacionar los vehículos en zonas legalmente establecidas (horquillas para bicis, plazas pintadas para motos); en segundo lugar también sugirió la necesidad de crear una nueva tasa para este tipo de negocios.

Semanas después, de nuevo este periódico informó del desembarco de la compañía Muving, que comenzó a operar en València con sus motocicletas eléctricas sin comunicar la actividad al ayuntamiento.

El concejal de Espacio Público, Carlos Galiana, asegura que se ha reunido con su compañero de Movilidad, Giuseppe Grezzi, para trazar las líneas maestras de esta nueva tasa -que también afectaría, por ejemplo, a empresas de coches de alquiler compartido-.

Galiana explica que el objetivo es tener listo este nuevo tributo para comenzar a cobrarlo en 2019 y que sería la delegación de Grezzi la que tramitaría los permisos correspondientes. Desde el Govern de la Nau consideran que cualquier actividad privada que se desarrolle en el espacio público debe dejar un beneficio para la ciudad, como sucede con mercadillos, espectáculos o incluso los cajeros de los bancos, que ya abonan sus impuestos.