La apertura de pasos de cebra y desmontaje de pasarelas en la Avenida del Cid suscita todo tipo de pros y contras entre los vecinos que transitan por esta vía rápida para pasar de un lado a otro. Con la particularidad de que cada uno tiene un argumento tan legítimo como el otro y tan cargado de peso, según su opinión.

Si se pensaba que habría una riada de opiniones en contra, no es así. Ni tampoco a favor. No se puede establecer un estudio demoscópico, pero no sería imprudente decir que las opiniones están al cincuenta por ciento y que, sobre todo, están muy condicionados al tipo de peatón.

Se podría decir, con todo tipo de notas al margen, que están a favor sobre todo las personas mayores, las personas con movilidad reducida y en contra las personas mas jóvenes y los ciclistas. Y, sobre todo, la gente a la que le molesta tener que esperar, sobre todo, cuando llevan toda una vida sin tener que pararse en este cruce. Pero a poco que se pregunta también en estos grupos hay personas que están a favor del cambio. Sin ser ni un escándalo urbanístico ni la obra emblemática de la legislatura.

Todo cambio de lo inmutable es traumático y provoca, por definición, una reacción de rechazo. Es por ello que el anuncio de la retirada de las pasarelas, abiertas desde el año 1970, suscitara opiniones sobre todo en contra. Que luego, en la calle, se transforman esa diversidad.

La presidenta de la Asociación de Vecinos de Nou Moles, Casilda Ossa, piensa que ha sido más un problema de formas. Lo habitual en estos casos. «Que se nos hubiese comunicado antes, que se hubiese hablado con nosotros... no sobre hechos consumados».

En cualquier caso, su primer análisis es el de esperar. «Sólo con el tiempo sabremos si la medida es acertada o no. Y tendremos que ver todas las variables. La primera y más importante, la seguridad. Esperamos y deseamos que no haya accidentes ni atropellos. Porque la gente no se va a esperar, como no se espera en ninguna avenida, pero con la particularidad de que aquí se rueda rápido. En algunos pasos de cebra hemos tenido atropellos mortales, como el de la calle Enguera y es mucho más estrecho que éste».

También hay otras variables a analizar ya desde este particular punto de no retorno: «si habrá o no más contaminación, si habrá o no más retenciones..». Ossa sabe que la retirada de pasarelas era algo que se veía venir «porque el PSPV, cuando estaba en la oposición, ya lo planteaba, pero no podíamos apoyarlo porque, como ha pasado ahora, cuando preguntas, la mayoría dice que está en contra. Me han recordado que, en su momento, hubo protestas reclamándolas».

Luego hay casos particulares, como el del Colegio Público Sector Aéreo. «Tienen un problema porque los que cruzan a Nou Moles tenían un camino seguro en la pasarela, con pisadas en el suelo. Ahora van a tener que venir a por los niños porque, obviamente, no pueden cruzar sólos el paso de cebra».

Las quejas también han existido en Fuensanta o en el Barrio de la Luz. A la hora de la verdad, como dice uno de los usuarios, José Ordaz, «esta avenida es como todas las demás. Los conductores saben lo que tienen que hacer, que es pararse cuando está en rojo». Y los peatones, claro está, cruzar en verde.