«Preocupante». Así es como han definido desde el Comité Ciudadano Antisida el aumento de las personas consumidoras de heroína atendidas en el Centro de Intervención de Baja Exigencia (CIBE) que gestionan en el Marítim. Según los datos de la memoria anual que ayer hicieron públicos, durante 2017 el CIBE atendió a 269 personas con problemas de consumo de drogas y riesgo de exclusión social y, además de los consumos mayoritarios como el alcohol, han registrado un repunte de usuarios de heroína. «El año pasado -en referencia a 2016- también vimos un aumento pero no significativo. El alcohol sigue siendo la droga que más se consume y no creemos que ese repunte detectado vaya a llegar a niveles de hace varias décadas», aseguró José Canales, coordinador del Comité Ciudadano Antisida.

Aún así, el repunte de la heroína sí pone en alerta a los especialistas del CIBE por los problemas de salud que conlleva su consumo. «Es una droga complicada con un impacto en la salud importante y un grave deterioro», añade Canales. Eso sí, la forma de consumirla ha cambiado y se aleja cada vez más del uso de las jeringuillas y, por tanto de un riesgo añadido de transmisión de enfermedades como VIH o Hepatitis C. Así el consumo de droga por vía endovenosa baja frente a los usuarios que prefieren inhalarla. Para evitar, por ejemplo, el peligro de compartir agujas, desde los CIBE se reparten kits para pincharse (23.500 repartieron el año pasado en el Marítim) con el objetivo de paliar este peligro. «Desde los CIBE intentamos reducir los daños en el consumo», explica Canales. El perfil del usuario del centro del Cabanyal sigue siendo una persona con problemas de exclusión social: el 76 % de sus usuarios carece de vivienda y reside o en la calle o en casa ocupadas del barrio. La edad media ronda los 43 años y solo un pequeño porcentaje son mujeres. «Es un colectivo más vulnerable pero con una captación más difícil», según Canales.

El volumen de personas usuarias del recurso que son inmigrantes también ha bajado, como lo viene haciendo en los últimos años tras la crisis: ahora el 60 % de usuarios son nacionales.

Sin repunte en otras zonas

El aumento de consumidores de heroína registrado en el CIBE del Cabanyal no se ha registrado, sin embargo, en otras zonas. Así lo aseguraron ayer desde el CIBE de Patraix, en manos de la Fundación Salud y Comunidad. «Nosotros llevamos años con un porcentaje significativo de consumidores de heroína de entorno al 27 % en 2016 y de un 25 o 26 % en 2017. Lo que no hemos hecho es dejar de verlo», explicó su director José Sanmartín. «En estos casos una distribución distinta de usuarios puede ser la explicación, como está pasando en ciudades como Madrid», apuntó.