La Xarxa de Qualitat Ambiental Mesura, el Colectivo Fuera Túnel y de la Asociación de Vecinos Parque Central - Iturbi se han sumado a la petición de la Plataforma Salvemos el Parque Central y los Árboles de Bailén para salvar los ejemplares que permanecen desde 1937 en un solar de esta calle junto a la estación del AVE Joaquín Sorolla.

La Plataforma ha encargado un informe técnico patrimonial de los árboles que elaboró Jesús Manuel Cáceres, técnico en gestión patrimonial, histórico y cultural. Entre las conclusiones, aconseja «la protección cautelar del conjunto del bosque urbano», ubicado en una finca perteneciente ADIF.

Según la Plataforma Salvemos el Parque Central -contraria a la edificación de las grandes torres previstas- en el solar donde se ubican los árboles de Bailén «se pretende construir 1.000 viviendas de lujo, centros comerciales y algún hotel, lo que, al margen del peligro en el movimiento de tierras que supondrá, ya está ocasionando un efecto de gentrificación en el barrio». Según este colectivo ciudadano, los vecinos «sufren además las consecuencias de una subestación eléctrica soterrada en el aparcamiento de la estación del AVE y las grandes antenas de telefonía». «Hay que añadir la fricción ocasionada por el tránsito de los trenes, ya que todo esto está suponiendo desde hace años, un índice muy alto de contaminación electromagnética», señalan.

En cuanto al informe elaborado por el técnico en gestión patrimonial, explica que desde el punto de vista arbóreo y como conjunto histórico paisajístico «queda patente una linealidad de la arbolada que deja entre ver elementos que pueden deducir como una zona de apeadero», y recuerda que hay que tener en cuenta que la protección histórica de un lugar «no solo se aplica a monumentos visibles sino a memoria histórica oral o escrita y elementos que clarifique la memorias y costumbre de una población».

El informe también valida otra de las peticiones vecinales, y es que se tenga en cuenta que este espacio «puede ser utilizado como espacio de dotación de parque» para el barrio de Arrancapins, al que pertenece la parcela.

El colectivo recuerda que el barrio de Arrancapins «carece por completo de parques o jardines». «Un barrio con 22.401 habitantes (según censo del año 2017), y cuya zona verde más cercana (el cauce del río), está a 2 kilómetros», ya que no contabilizan el Jardín Botánico «que está a 1'6 km, y un jardín de pago y no de libre uso. «La OMS estima que como mínimo se necesita 10 metros cuadrados por ciudadano de zona verde», resaltan desde la entidad.

«Mientras que a los barrios de Russafa y Malilla, tan necesitados también de dotación verde, se les abre la otra parte del Parque Central o se les dota de un parque, en el caso de Malilla, de 70.000 m2, el barrio de Arrancapins, y el distrito de Extramurs en general, no tendrán acceso al parque hasta, como mínimo, el año 2030», lamentan desde el colectivo ciudadano.

Por otra parte y como conclusión final, el informe del técnico Jesús Manuel Cáceres indica que es reseñable que el conjunto arbóreo «está totalmente en condiciones excepcionales y su traslado, podría suponer la pérdida de unos ejemplares necesarios para la calidad medio ambiental del aire de esta ciudad, y de un espacio de esparcimiento y recreo que se reclama desde los diferentes barrios».