Es uno de los referentes de la ciudad de València. Mucha gente la usa para referirse a esta zona limítrofe entre el barrio de Russafa y Malilla, pero la conocida como «Pantera Rosa» había perdido, debido al fuerte sol que suele predominar en la ciudad, su color rojizo original.

El anterior gobierno ya la repintó en su momento, pero sin respetar su color original, sino apostando por el rosa por el que era llamada, pero que era debido al desgaste de la pintura.

De este modo, y como ya explicó en su día el concejal de Desarrollo Urbano y responsable del Ciclo Integral del Agua, Vicent Sarrià, «el anterior gobierno la pintó de color rosa, atendiendo al nombre con el que es conocida, pero sin respetar el color original con la que su autor la entregó a la ciudad». Un hito que tuvo lugar en el año 1984 y con motivo de un encargo realizado por Aguas Potables.

Ahora, los ciudadanos y visitantes que pasen por la calle Filipinas, una de las entradas más habituales de la ciudad por su conexión directa con la Avenida d'Ausiàs March, podrán apreciar el vivo color de esta fuente: El propio escultor Miquel Navarro visitó, junto a Sarrià, la fuente a principios de este mes para supervisar las pruebas de color y «recuperar así la imagen de la fuente que nunca debió perder», como destacaba Sarrià.

Los trabajos han consistido en la limpieza de la fuente, la eliminación de restos calcáreos, la impermeabilización, la reparación de desperfectos y la pintura integral. Cabe matizar que estas tareas no suponen un gasto adicional al estar incluidas en la contrata de mantenimiento de fuentes.