Los vecinos del barrio de la Ciutat de les Arts i les Ciències se han visto inmersos en una especie de círculo sin fin al intentar denunciar las malas condiciones y los efectos negativos para ellos de un aparcamiento ilegal situado entre las calles de Nino Bravo y la Avenida Gisbert Rico.

Como cuenta Pedro Picazo a Levante-EMV: «El ayuntamiento ha enviado respuestas ridículas a todas las quejas y peticiones al respecto». Todo empezó la primera vez que denunciaron que este solar se había convertido en lugar de aparcamiento de cientos de coches que generaban ruido, polvo e incluso peligro porque para acceder a él hay que subir por la acera. En 2011, el ayuntamiento llegó aun principio de acuerdo con la Generalitat para ceder el terreno y que se construyera allí un conservatorio de danza. De este modo, cuando los vecinos pusieron la primera queja, a inicios de 2017, se les constestó que el solar era de la Generalitat.

Informada esta luego al respecto, respondió que no, que nunca se había hecho la cesión. La cosa parecía aclararse, la responsabilidad era consistorial. Pero ahí empezó el baile entre concejalías y Policía Local.

En primera instancia, la Inspección General de Servicios, que dirige Sergi Campillo, remitió el informe al Servicio de Gestión de Residuos Sólidos, Urbanos y Limpieza, de Pilar Soriano. Desde donde se les respondió que se solía proceder a la limpieza «para evitar su deterioro, ensuciamiento y crecimiento de hierbas, qudando tras su realización en condiciones admisibles de limpieza». También se explicaba que no veían conveniente vallarlo porque se dificultaría la limpieza y se podrían «generar actividades ocultas en su interior».

Los vecinos pedían instalar bolardos para evitar los accesos de los vehículos. Por lo que se les remitió a Policía Local y a Movilidad Sostenible. Pero un agente les indicó que debían dirigirse al ayuntamiento para que pusiera los medios necesarios para evitar el paso de vehículos. Por lo que la rueda volvía a empezar.

Movilidad vuelve al origen

Entonces llegó el turno de la concejalía de Movilidad. Desde allí se reconoció que los vehículos accedían por la acera a estacionar a través de los rebajes para peatones y, literalmente, indicaron que poner bolardos «es ineficaz porque basta con derribar un bolardo para conseguir restablecer el acceso». Y, de nuevo, se les remitía a la Policía Local. Y se indicaba que los solares, según la normativa «debían estar vallados» por lo que les remitían al servicio de Gestión de Residuos. Y así, entre respuesta y respuesta, los vehículos siguen ahí y los vecinos han recurrido ya tanto al Síndic de Greujes como al Defensor del Pueblo, de quienes ahora esperan respuesta.