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Entrevista

José Luis Lliso Ruiz: "No entiendo esa fobia al turismo. El centro histórico no es propiedad de nadie"

El presidente de Archival defiende la vida en la calle, las terrazas y el aparcamiento en el carril bus por las noches, todo ello debidamente reglamentado

José Luis Lliso Ruiz: "No entiendo esa fobia al turismo. El centro histórico no es propiedad de nadie"

José Luis Lliso Ruiz (València, 1950) ha sido letrado de la Generalitat Valenciana durante 38 años y ha compaginado su trabajo como jurista con su pasión por el patrimonio y, en concreto, por el centro histórico, donde se ha criado y vive en la actualidad. Precisamente esa afición le llevó a crear en el año 1991 la asociación Archival de defensa del centro histórico, un espacio en cuyas calles jugaba cuando era niño y que ahora ve necesitado de un nuevo empuje.

¿Cómo era este barrio entonces, cuando usted era niño?

El barrio del Carmen era un pueblo, jugábamos en la calle, nos conocíamos todos y alternaba la casa señorial con el carpintero, el obrero, el artista... Pero hubo un acontecimiento que lo hirió de muerte, que fue la riada de 1957.

Imagino que esa herida se prolongó en el tiempo y en el año 1991 se creó la asociación Archival. ¿Por qué se crea, cuál era la necesidad específica que detectaron ustedes?

Yo había estado unos años en la Junta Municipal de Ciutat Vella y allí se creó un ambiente muy interesante de distintos colectivos. Era una época en la que la palabra rehabilitación no existía. Todo ese deterioro consecuencia de la riada empezó a notarse más. La gente huía del centro histórico porque las casas se caían. Se rehabilitaba algo, pero no había una conciencia general. El centro histórico, que había llegado a tener 120.000 habitantes, se quedó en 20.000. Así que, ante aquella situación, quisimos sensibilizar en un doble sentido: a las administraciones públicas para que invirtieran en rehabilitación y por otra parte sensibilizar a la opinión pública para que dejara de ver al centro histórico como una zona de la ciudad donde había degradación, donde era peligroso vivir y que no era nada atractivo. Era el año 1991 y coincidió también que empezó a intervenir la Generalitat además del ayuntamiento, que tenía menos poder económico y presupuestario.

De ahí nació un plan conjunto para recuperar el centro histórico, que fue el plan Riva.

Exacto. Pedimos al ayuntamiento y a la Generalitat que unieran sus fuerzas y salió el famoso plan Riva. Creo que contribuimos un poquito a que aquello saliera, con la paradoja de que en el ayuntamiento entró el PP y en la Generalitat todavía estaba el PSOE. Fue un logro importante.

¿Eso funcionó?

Bueno, eso funcionó la década de los noventa. Luego ya poco a poco fue decayendo hasta que se eliminó el plan Riva y pasaron a hacer actuaciones puntuales y parciales. Pero se han hecho muchas cosas bien, porque había quien quería derribarlo todo y hacer un Manhattan.

Llega un momento en el que el ocio toma la iniciativa de la recuperación.

Si. El centro histórico tiene que ser ese conglomerado de actividades y de habitantes que le dan esa peculiaridad. Y estamos hablando del sur de Europa, de latinos, por eso hemos apostado y seguiremos apostando por un centro histórico vivo. Apostamos por que el comerciante invierta, que el pequeño artesano pueda tener su taller, que el turismo tenga su espacio, la vida cultural...

¿Ha sido ese el mayor éxito, recuperar la vida del barrio?

Si tú lo miras con una perspectiva de 40 años, hoy se ha mejorado. Vive un poquito más de gente. Pero todavía quedan zonas muy degradadas, solares, zonas peligrosas, muchas viviendas por rehabilitar.

A mí siempre me llama la atención que, por ejemplo, el barrio chino siga ahí.

Sí, porque son dos calles. La policía le dice a los vecinos que así los tiene localizados, pero claro, lo mismo los puede tener localizados en el Paseo de las Moreras. Tiene que estar controlado, con las debidas condiciones sanitarias, pero fuera del centro.

¿Cree usted que si eso no se elimina es porque no se quiere?

Yo creo que sí, que es por falta de decisión de los poderes públicos. En cualquier otra zona de la ciudad podría estar perfectamente si el argumento es tenerlo controlado.

Hay un asunto que está muy de moda, que es el turismo. ¿Le parece un problema este tema?

No. Yo creo que no. El turismo es necesario. Nosotros no entendemos esa fobia al turismo. El centro histórico no es propiedad exclusiva de los que trabajamos o los que vivimos en el barrio. El centro histórico es de la ciudad, es de las pedanías e incluso del área metropolitana. El 80 % de la gente que viene a València, viene al centro histórico. Además, el 80 % de las rehabilitaciones que hay ahora son para hoteles, para apartamentos, y esto es bueno en cuanto a rehabilitación.

Entiendo, por tanto, que es también defensor de las terrazas, las polémicas terrazas.

Yo creo que debe haber vida en la calle. Cuando el comercio cierra a las 8 de la tarde lo que no puede ser es que València muera. A mí me gusta que haya terrazas, a la gente le gusta estar en las terrazas, le gusta vivir en la calle. Entonces, hay que ofrecer esa posibilidad. Y además a los extranjeros les gusta mucho. Lo que sí hay que hacer es regular el sector turístico en cuanto a normas. Hay que decirles a los empresarios que no maten a la gallina de los huevos de oro, pero tampoco poner muro tras muro.

Los vecinos, sin embargo, se quejan mucho de las molestias que generan.

Si no hubiera terrazas, qué pasaría entonces. Antes, para entrar a tu casa tenías que mirar a un lado y a otro a ver qué pasaba. Ahora bien, a los hosteleros hay que decirles que aislen adecuadamente y que cumplan la normativa.

Hay otro asunto que está siendo polémico y que va a más, que es la lucha contra el coche.

Cuando se compara el centro histórico de València con el centro histórico de otras ciudades hay que tener en cuenta el territorio. Aquí son seis barrios con 160 hectáreas, luego no se puede comparar con Pontevedra que tiene 9 hectáreas, o unas pocas más de Vitoria Gasteiz. Eso es muy fácil de cerrar al tráfico, pero un centro histórico como éste no. Es verdad que el centro histórico se utilizaba para cruzar de norte a sur o de este a oeste como una autopista, pero de ahí a hacer una peatonalización a lo bestia hay un trecho. Te imaginas que un supermercado no tuviera parking, ¿cuánta gente iría al supermercado? Nadie. Por eso se queja la gente del Mercado Central. Además, no dejar aparcar en el carril bus es algo ilógico, porque la gente a partir del jueves quiere venir a cenar o pasear por el centro histórico.

¿Le ve futuro al centro histórico de València?

Si los poderes públicos son capaces de entenderse y no usar el centro histórico como arma arrojadiza, sí. Hagamos un gran plan, cojamos las ideas que se han puesto en marcha por ahí y no hacer las cosas cada cuatro años y que el otro haga lo contrario. Tiene que haber un plan de consenso.

¿Un nuevo plan Riva?

Un plan adaptado al siglo XXI. Un nuevo plan Riva sería estupendo para coser el centro y toda la ciudad. Y activar el registro de solares para evitar la especulación.

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