Ocurrió hace unos días en Vinalesa. Tres mujeres de unos 75 años se bajaron en la última parada de la línea 16 de la EMT, que da la vuelta en una rotonda situada en la entrada de pueblo. «Eran sobre las nueve de la noche y vimos a un señor de unos 30 años un poco sospechoso. Parecía que nos estaba esperando. Como vimos que aquello no pintaba bien aligeramos la marcha ante el temor de que nos atracara y él comenzó a correr detrás de nosotras», explica Amparo Rodrigo, una de las vecinas afectadas. «Nos asustamos mucho y comenzamos a gritarle a otra persona que veíamos a lo lejos. Afortunadamente después de varios intentos, el vecino del pueblo se giró a prestarnos ayuda y rápidamente el chico que nos perseguía cambió de rumbo. Lo que realmente nos hizo ver que estábamos siendo asaltadas es que había un coche con otro chico esperándole al otro lado de la carretera, por lo que era evidente que planeaban algo», lamenta Amparo.

La línea 16 de la EMT, asegura Amparo, nunca ha entrado a Vinalesa, y el hecho de que pare a las afueras del pueblo «genera mucha inseguridad entre las personas mayores». «Últimamente están produciéndose muchos robos en plantas bajas del pueblo y hemos pedido a la policía que vigile el entorno de la parada porque cualquier día puede pasar algo», se lamenta. «Se intentó que el autobús diera la vuelta dentro del pueblo, pero al ayuntamiento le costaba mucho dinero y se desestimó, por lo que el peligro continúa ahí», concluye la vecina de Vinalesa.