La Empresa Municipal de Transportes de València ya tiene claro cómo debe ser el servicio del futuro. Vecinos, usuarios, no usuarios y colectivos de toda índole diseñaron con sus aportaciones la EMT que querían en un proceso participativo llevado a cabo el pasado verano y cuyas conclusiones se presentaron ayer.

Para las más de 100 personas que colaboraron en la iniciativa de 32 entidades diferentes el objetivo de la compañía debe ser que se priorizar el transporte público, calmando el tráfico privado a 30 km/h, construyendo aparcamientos disuasorios, realizando carriles exclusivos y segregados para los buses (ya existen algunos) o abrir lo semáforos antes para los convoyes.

La segunda gran conclusión de vecinos, usuarios y colectivos es la de ofrecer una mejor y mayor comunicación, mejorando la aplicación móvil (que se estrenó hace unos meses) y el canal Bussi, que en breve será renovado por completo. Además reclaman más información en tiempo real sobre incidencias, no solo en la app, sino en postes y marquesinas.

El tercer gran objetivo que debe perseguir la EMT según la ciudadanía es crear una red más funcional, con un diseño circular y radial, con mayores frecuencias, que se adapte a las necesidades de los barrios y ampliando los horarios nocturnos.

Además se apuesta por los trayectos cortos y el uso de intercambiadores que prioricen transbordos en puntos de la ciudad. El gerente de la EMT, Josep Enric Garcia, recordó que tanto la anterior reforma de 13 líneas en julio de 2016, como la remodelación de otras ocho que entrarán en vigor hoy, persiguen ese objetivo trazado por vecinos y colectivos.

Ante las críticas de una asociación de consumidores por los problemas que ocasionan los transbordos o por el cambio de las líneas, Josep Enric Garcia aceptó que las modificaciones «siempre van a tener damnificados», pero enfatizó que la nueva red «siempre mirará por la mejora colectiva del servicio», por lo que si lo cambios reportan más beneficios a más personas que los anteriores, estos se consideran positivos.

El proceso participativo también concluyó que es importante que se incida en la educación vial, para que se respete el carril bus, o que se prioricen algunas rutas a equipamientos públicos como hospitales o el aeropuerto.

Proyectos piloto

Fruto del proceso participativo, elaborado por la empresa Gea 21, la EMT ha decidido poner en marcha dos proyectos pilotos para mejorar su servicio. El primero es una iniciativa junto al centro de innovación Las Naves para colocar balizas en la red que geolocalicen el bus, de manera que manden una señal al móvil del usuario avisándole de la hora de llegada del bus. «En unas semanas tendremos una prueba beta», aseguró el gerente.

La otra prueba piloto es la validar los abonos también por el acceso central de los buses, lo que beneficiaría a diversos colectivos, desde personas con carritos de bebé, otras que usan andadores, carros de compra, bicis plegables y, por supuesto, usuarios de sillas de ruedas.

También, el gerente de la EMT anunció la puesta en marcha de un foro social en el que estén representados vecinos, usuarios, consumidores y distintos colectivos «para resolver conflictos de nuestra red y nuestro servicio», aunque Josep Enric Garcia explicó que de momento es una idea embrionaria que desarrollarán en las próximas semanas.