Salvem el Cabanyal valoró ayer el respaldo del alcalde, Joan Ribó, a los vecinos en contra de la recalificación de zonas verdes y deportivas para uso residencial prevista en el borrador del plan especial del Cabanyal. Así lo explicó el portavoz de la plataforma, Faustino Villora, quien subrayó que los vecinos «no queremos paralizar el plan, pero sí que se incluyan nuestras peticiones».

Para reconducir la tramitación del plan especial los vecinos reclaman a los políticos «garantías públicas de que se respetarán las zonas verdes existentes en su ubicación actual».

Los vecinos acordaron este martes en una asamblea general convocada por Salvem el Cabanyal y la Asociación de Vecinos del Cabanyal iniciar una recogida de firmas para instar al ayuntamiento a retirar el plan especial que contempla la construcción de 1.500 nuevas viviendas en diez nuevas unidades de ejecución, algunas de las cuales ocuparían zonas verdes y equipamientos deportivos ya existentes en la calle Doctor Lluch.

Sin chantajes

Villora manifestó que «por el bien del barrio no queremos que el plan se atasque, pero tampoco vamos a admitir que se nos amenace con que si no lo aceptamos tal como está se paralizará». «Antes que la velocidad del plan nos importa la recuperación del patrimonio histórico», añadió el portavoz de Salvem, quien recordó que en el barrio hay más de 300 viviendas públicas por rehabilitar.

La plataforma suavizó ayer las críticas al plan especial, redactado por los urbanistas Gerardo Roger y Luis Casado, y valoró que se incluyan viviendas sociales, aunque tal como insistieron sus responsables, «no son necesarias tantas».

Los vecinos aclararon ayer que no se oponen a los usos residenciales en los terrenos de Eugenia Viñes donde se proyectaron las piscinas olímpicas (proyecto ya descartado), incluso en el descampado sin urbanizar que hay en Doctor Lluch, aunque sin sacrificar el jardín actual ni las zonas deportivas. El Cabanyal, subrayó, es el barrio de la ciudad donde más han subido los precios del suelo.

El colectivo Espai Cabanyal, en la órbita del movimiento «okupa», también tomó la palabra en la asamblea para advertir del proceso de gentrificación del barrio y reclamar la construcción de viviendas de alquiler social. Otros vecinos intervinieron para destacar que el plan «tiene cosas buenas y malas» y confiaron en «poder llegar a un encuentro».