«Mostrar el desamparo de los gatos y perros de la calle, homenajear a quienes les protegen y llamar la atención de las autoridades en cuyas manos está la posibilidad de cambiar la suerte de estos animales, víctimas del egoísmo de una sociedad que trata a seres vivos como objetos». Estas fueron las palabras de la artista Elena Negueroles, ayer, después de donar a la ciudad de València sus «Callejeros» en la Plaza de los Pinazo, un grupo escultórico formado por Tristán y Soledad, un perro y una gata abandonados por el ser humano y que pretende ser el punto de encuentro de quienes luchan por la causa.

Su homenaje es, también, un acto de gratitud a quien, en situaciones difíciles, «aún más que las actuales», lucharon con uñas y dientes para salvar a muchos perros y gatos de la calle. «Como mi madre Amparo Colomer y mi tía Ángeles Colomer», dijo, quien unos minutos antes había descubierto la escultura fundida en bronce. Y es que la artista considera «inhumano» cualquier acto que dañe o hiera a un animal.

«Para socorrer a alguien no hay que preguntarse si puede hablar o puede razonar, es suficiente con que pueda sufrir y cualquiera que haya mirado una vez a los ojos de un animal abandonado sabe que eso es posible», explicó.

Y, así, recordó a todos los que recogen a aquellos animales que «como trastos viejos, rotos y baldíos» dejaron en la calle «sin mirar atrás un instante», dejándolos condenados a «vivir en las calles o estar enjaulados sin más compañía que la soledad».

«Ellos, los rescatadores, desempeñan una función social que beneficia a todos, pero, sin embargo, muchas veces tienen que actuar sin el suficiente apoyo institucional, con pocas ayudas económicas y soportando reproches de los que consideran que solamente son dignos de ayuda los individuos de su propia especie».

Del mismo modo lo expresaron la concejala de Bienestar Animal en el Ayuntamiento de València, Glòria Tello, y el president de la Generalitat, Ximo Puig, quienes también estuvieron presentes en la inauguración. El mismo Puig aseguró que no se sintió completo hasta que no tuvo a su mascota y se cuestionó: «¿Qué puede anidar dentro de una persona que es capaz de abandonar a un perro?».

«El corazón es el mismo para todos», explicó Negueroles. «Las personas que maltratan a los animales suelen ser personas que también lo hacen con otras personas, solo que con los animales pueden hacerlo más impunemente», añadió.

«Este 3 de marzo da un paso más hacia la concienciación y rinde homenaje a los animales abandonados y a las personas que lo acogen», manifestó Tello. A lo que Negueroles añadió: «Ojalá que esta escultura solo sea un recuerdo de tiempos pasados en lugar de reflejar una triste y cotidiana realidad».