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Regulación

La ordenanza de huertos urbanos renuncia a aprovechar solares vacíos

La normativa exige el perfecto estado estético de las parcelas y prohíbe poner quioscos o criar animales

Huertos urbanos de gestión ciudadana en Benimaclet. p. b. p.

La ordenanza de huertos urbanos impulsada por la Concejalía de Parques y Jardines será aprobada en breve por la junta de gobierno tras superar el periodo de exposición pública sin haber recibido alegaciones.

La creación de huertos urbanos en los solares municipales sin uso fue una de las promesas electorales de Joan Ribó, que en octubre de 2015, poco tiempo después de acceder a la Alcaldía, anunció la creación de huertos urbanos en más de 80 parcelas vacías repartidas por toda la ciudad.

Sin embargo, la ordenanza municipal que regula los huertos no prevé este uso y acota la regulación a los huertos habilitados en grandes parques urbanos como San Marcelino, Benicalap o Malilla.

El Govern de la Nau, formado por Compromís, PSPV y València en Comú, estudió la posibilidad de permitir el cultivo de solares municipales, sin embargo, se desestimó, tanto por los reticencias que planteó el PSPV, reacio a estos usos provisionales para evitar la generación de derechos sobre los solares públicos, así como por la complejidad logística que suponía tener que dotar estos solares de tomas de agua.

La concejala de Parques y Jardines, Pilar Soriano, apuntó que los huertos urbanos son «una manera perfecta y amable de enlazar la huerta con la ciudad en zonas periféricas». Soriano tiene previsto reunirse a partir de abril con las entidades aspirantes a gestionar huertos urbanos.

Los primeros que se pondrán en marcha serán los del Parque de la Rambleta en primavera. Le seguirán los de San Marcelino y Malilla, cuyos vecinos reclaman que estas instalaciones, acabadas desde hace meses, se pongan ya en uso. Los nuevos huertos urbanos se sumarán a los ya existentes en Benimaclet (de gestión vecinal) y Sociópolis (de gestión municipal). La adecuación provisional del millonario solar de Jesuitas para huertos urbanos, como propuso Ribó, parece descartada definitivamente. Tampoco serán de gestión ciudadana los huertos urbanos previstos en el jardín de diseño del Parque Central.

El uso de los huertos será gratuito y no podrá exceder de cuatro años. Así lo prevé la nueva ordenanza, que presenta estos espacios como una «alternativa de ocio saludable» y promoción de la agricultura sostenible.

La normativa regula el régimen jurídico al que se someterán las entidades adjudicatarias, así como las normas de funcionamiento y uso, entre las que se destaca que los adjudicatarios deberán mantener la parcela en «perfecto estado estético» prohibiéndola instalación de «casetas, invernaderos, caravanas, quioscos, toldos o sillas».

En los huertos no se podrá acumular o abandonar material de desecho, tipo somieres o muebles, ni se permitirá la posesión o cría de animales o ganado. Tampoco se permite cazar ni talar árboles y los productos de los huertos no se podrán vender y estarán destinados exclusivamente a autoconsumo.

Los adjudicatarios evitarán los cultivos de transgénicos y de plantas psicotrópicas o prohibidas por la ley bajo sanción de hasta 3.000 euros al estar considerado una infracción grave en la nueva ordenanza.

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