Menos visitantes y la misma basura, en concreto, 7,6 toneladas. Esa es la cantidad de residuos que se han recogido de las calles de València durante las Fallas, un 0,05 % más en relación al año anterior, según explicó ayer la concejala de Gestión de Residuos, Pilar Soriano, quien valoró la buena respuestas de los valencianos y los visitantes porque «toman cada vez más conciencia sobre la importancia de mantener limpia la ciudad».

Con todo, Soriano admitió los «problemas» que generan determinadas verbenas y la suciedad y los orines en entornos monumentales como la Lonja. «Hay que trabajar más en este sentido, proteger el patrimonio y restringir algunas actividades», dijo.

Treinta brigadas de limpieza se emplearon a fondo en la madrugada del martes para retirar la basura y las cenizas (2,2 toneladas) de la «cremà» de las calles. A las 7,30 horas la ciudad había recuperado el pulso normal con la excepción de algunos puestos de churros rezagados, varias carpas falleras aún sin desmontar y algunos urinarios en las aceras del centro en espera de ser retirados.

Para recuperar los niveles de higiene, salubridad y eliminar olores se llevará a cabo un baldeo de toda la ciudad hasta el próximo 23 de marzo. El ayuntamiento está trabajando en este sentido en la utilización de enzimas, como están haciendo en ciudades con mucho patrimonio histórico como Roma.

En la «tormenta de ideas» posfallera que el Govern de la Nau realiza para mejorar la fiesta, se pondrá sobre la mesa, dijo Soriano, la necesidad de buscar soluciones «transversales» para el problema de los orines en la vía pública, que requiere soluciones en materia sancionadora y posiblemente «hacen falta también más urinarios», una competencia en manos del PSPV, en concreto, de la concejala de Sanidad Maite Girau que este año ha colocado 270 váteres portátiles, a todas luces insuficientes a tenor de las colas que se han formado para hacer uso de los mismos.

El problema de los urinarios es que «no se pueden poner en cualquier sitio» y que la gente debe concienciarse de que hay que usarlos, apuntó Soriano.

El millón de visitantes que ha recibido la ciudad estas fiestas, con cifras de ocupación hotelera del 86 %, generan ingresos pero también suponen un elevado coste en limpieza, seguridad y transporte para el ayuntamiento. Solo el operativo especial de limpieza de fallas ha supuesto este año un coste extra de 1,5 millones de euros, según informó ayer Soriano durante el balance de las tareas de recogida de basura, cenizas, envases, papel y vidrio de estas Fallas.

Pese a la lluvia el volumen de cenizas de los monumentos retiradas tras la cremà ha descendido un 4,3 % respecto a 2017.

La concejala se felicitó por la reducción a la mitad del vandalismo, con un balance de 17 contenedores quemados. Del mismo modo, valoró la reducción de las infracciones. Los inspectores del área solo han levantado acta a dos comisiones y han realizado 17 preavisos.

Los efectos de la «nit del foc» sobre el arbolado y jardines se irán conociendo a lo largo de los próximos días. Soriano insistió en los buenos resultados de la recogida de envases e informó de que la recogida de enseres ha aumentado un 20% en relación al año anterior, aumento que se justifica por la cantidad de residuos que se generan durante la noche de la plantà y que obligan a la intervención de los camiones de retirada de enseres.

La campaña «Ara pots pujar el reciclatge» que se lleva a cabo en la plaza del Ayuntamiento durante las mascletades ha mejorado sus datos con un incremento del 54 % de recogida, pasando de los 860 kilos de envases recuperados en 2017 a los 1.323 este año.

En cuanto a la recogida en las nuevas papeleras amarillas de envases, los resultados también son positivos, con 4.760 kilos recogidos, la mayoría de los cuales (52,2 %) ha correspondido efectivamente a envases: el resto del material depositado en estas papeleras ha sido cartón (15 %) y vidrio (20 %).

«El objetivo se ha cumplido, porque se ha evitado que todos esos residuos hayan acabado en el contenedor gris», destacó la concejala. Este volumen ha sido trasladado a las plantas de reciclaje para ser separado y distribuido por materiales. Sobre la recogida de vidrio, se ha mejorado con un incremento del 19,62 %.