El concejal de Cultura Festiva, Pere Fuset, abrió ayer el debate sobre el calendario fallero lanzando la idea de colocar el día de San Vicente Mártir (22 de enero) en el tercer domingo del mes de enero y ganar ese día festivo para ponerlo el 18 de marzo.

Es, en cualquier caso, una propuesta de debate que debería consensuarse, insistió, con todas las partes implicadas, esencialmente la Iglesia y las entidades vicentinas.

En declaraciones a Levante-EMV, Fuset explicó que el cambio generaría beneficios en ambos lados. En el caso de San Vicente, patrón de la ciudad, su colocación en domingo permitiría una mayor participación de personas de fuera de València y no distorsionaría el calendario laboral a quienes son de la capital y trabajan en la periferia, o viceversa.

Además, este tipo de movimientos ya se ha producido en otras fiestas con notable éxito, como por ejemplo el día de la Mare de Deu, que pasó del 8 de mayo al segundo domingo de mayo; o el Corpus Cristi.

Y por lo que se refiere a las Fallas, hacer festivo el 18 atenúa las molestias a los vecinos al no tener que trabajar al día siguiente y permite a los detractores de la fiesta abandonar la ciudad con más holgura. Además, da la posibilidad de participar en la ofrenda a muchas personas que ahora trabajan.

Otra opción que baraja Fuset es adelantar la «cremà» infantil para que los niños puedan ir al colegio al día siguiente. Y en lo que no cree que haya debate es en la vieja opción de colocar San José el tercer domingo de marzo para hacer siempre puente. Fuset segura que los falleros y los vecinos lo descartaron en su día y los hosteleros y las fallas de especial, que eran sus mayores defensores, lo han aparcado por falta de consenso.

En su opinión, lo que hay que hacer es desestacionalizar la fiesta, como ya se está haciendo. Prueba de ello son los 10.000 visitantes más en la Exposición del Ninot o las ofertas de Renfe desde el fin de semana de la «Crida».