n Mientras el alcalde de València, Joan Ribó, el concejal de Fiestas, Pere Fuset, y otros miembros del Govern de la Nau hicieron ayer un balance «muy positivo» de las Fallas calificando de «éxito» su gestión tanto en limpieza como seguridad y sanidad durante las Fallas, el PP y Ciudadanos pusieron el acento en los problemas de suciedad, malos olores, venta ilegal y fallos en el transporte.

Ribó destacó ayer en materia de incidencias policiales que «ha habido algún conflicto, alguna pelea, pero las cosas no han pasado de ahí». «Ha sido un éxito tener aquí a los 800.000 habitantes (de València) más, como mínimo, otro tanto, es algo que no es fácil»El alcalde admitió con todo que hay aspectos en los que se puede mejorar como «prevenir para que no se ensucie tanto».

Preguntado sobre las críticas de los hosteleros a la proliferación de «gastronetas» («foodtrucks») y otros puestos de comida ambulante durante las fiestas, Ribó destacó que estos vehículos no se han inventado para venir a València y que son un fenómeno que aparece en cualquier fiesta de España. «De alguna manera se debe controlar», pero «las mismas fallas piden que puedan aparecer» en sus alrededores, apostilló.

El presidente de la Junta Central Fallera (JCF), Pere Fuset, valoró las Fallas de 2018 como unas fiestas «seguras y de récord», con un gran retorno económico para València, innovaciones en pirotecnia y avances en materia de sostenibilidad. «Podemos estar muy satisfechos y hacer una valoración muy positiva».

El portavoz del PP en el Ayuntamiento de València, Eusebio Monzó, destacó que las Fallas son un atractivo turístico para la ciudad y tienen un gran impacto económico, sin embargo, reclamó al equipo de gobierno mejoras en aspectos como la limpieza, el transporte público y el control de la venta ilegal. Monzó pidió más esfuerzos al tripartito para concienciar a la gente para que ensucie menos y lamentó la suciedad y los malos olores en diversos puntos de la ciudad, especialmente, en el centro histórico. Monzó abogó por mejorar la frecuencia del transporte público en horas determinadas, como tras los castillos o la «mascletà», en los que se han visto «paradas absolutamente colapsadas».

Tanto el PP como Ciudadanos (que apoyaron las restricciones de movilidad en aras de reforzar la seguridad ciudadana frente a ataques terroristas) salieron ayer en defensa de los comerciantes, que se han quejado durante todas las fallas de la competencia desleal de los puestos ilegales y la venta ambulante.

El portavoz de Cs, Fernando Giner, anunció que presentarán una moción para compensar a los comerciantes y hosteleros el lucro cesante por la venta ilegal. Giner censuró la suciedad y los malos olores en la ciudad, y las situaciones «caóticas» registradas, a su juicio, en la ciudad por la falta de planificación de las concejalías. Giner abogó por un turismo de calidad y rechazó la imposición de una tasa fallera como han sugerido los presidentes de las comisiones de Especial y el propio alcalde (siempre que sea una tasa autonómica y se destine a financiar los servicios municipales que se prestan durante las fiestas).