La reforma de la emblemática y turística plaza de la Reina diseñada por los arquitectos Antonio Escario y José María Tomás ganará más de 12.000 metros cuadrados para uso casi cien por cien peatonal. El proyecto de ejecución que ayer presentó el concejal de Movilidad, Giuseppe Grezzi, junto con sus autores transformará un espacio que actualmente es un «totum revolutum» de coches, terrazas de hostelería, paradas de autobús, taxis, coches de caballos, contenedores y chirimbolos urbanos en una plaza «para pasear».

La nueva plaza, a un solo nivel y con pavimento de piedra caliza «antiresbalones», tendrá más zonas de sombra y para ello se plantarán casi un centenar de árboles de especies mediterráneas (se respetarán los que existen «en la medida de los posible»). Las dos grandes rampas de entrada y salida en forma de caracol del aparcamiento que hipotecan ahora la plaza se eliminan y la entrada al parking se redimensiona y reubica en un lateral de la plaza.

Al aparcamiento se accederá por la calle de la Paz (que también se reordenará al estilo del primer tramo de la calle San Vicente) y los coches saldrán por la calle del Mar. El carácter monumental y la existencia de la losa de hormigón del parking impiden plantar especies de mucho porte en el centro de la plaza. El arbolado con raices más profundas se colocarán en los lados de la plaza, donde habrá sobre todo palmeras.

El centro de la plaza se dividirá en una zona más verde y con arbolado, que aprovechará los huecos de las rampas del parking, donde se plantarán especies de más porte, como carrascas, y otra de obra dura donde se colocará un sistema de toldos no permanentes, similar al que tienen ciudades con muchas horas de sol y calor como Sevilla, que permitirá celebrar eventos y mercadillos como el de la «Escuraeta». Para combatir las altas temperaturas se colocará un sistema de pulverizadores de agua incorporados en los báculos de iluminación que permitirán crear un microclima y reducir, apuntan los arquitectos, entre 3 y 5 grados la temperatura en la plaza.

La reforma de la plaza, que tal como detalló José María Tomás, lleva esperando más de siglo y medio, pretende dignificar esta monumental plaza, que junto con la reforma de la del Mercat y Brujas, es uno de los proyectos estrella del actual gobierno tripartito (Compromís, PSPV y València en Comú). El proyecto contempla por un lado la reforma de la plaza para ganar espacio público, con un presupuesto de 5,5 millones, y por otro la rehabilitación del aparcamiento, presupuestada en 4,4 millones de euros.

Este aparcamiento, construido en los años 70 en la época del desarrollismo, será sometido a una remodelación integral que contempla el refuerzo estructural, la impermeabilización y renovación de unas instalaciones que con los años se han quedado obsoletas e incumplen, entre otras, la normativa de altura. En este aparcamiento de gestión municipal, y posiblemente el más lucrativo para el ayuntamiento, se colocarán puntos de recarga para vehículos eléctricos y aparcabicis.

El concejal de Movilidad, Giusseppe Grezzi apuntó que la reforma de esta plaza es un proyecto muy ambicioso que contempla una reordenación del transporte público (que se desviará por Poeta Querol) no exenta de polémica y en la que ayer no quiso entrar. Grezzi aseguró que los autobuses seguirán llegando al entorno de la plaza, cuya reforma comprenderá el tramo inicial de la calle de la Paz, donde se ensancharán aceras y se plantará arbolado.

En todo el ámbito a remodelar está previsto plantar 120 árboles (un centenar en la plaza de la Reina y 20 en la calle de la Paz). Como resultado del proceso de participación ciudadana que se ha llevado a cabo se han incorporado peticiones expresas de los colectivos ciudadanos, como la instalación de dos fuentes-bebedero. Se pondrán bancos pero no zonas de juegos infantiles como plantearon algunos colectivos ciudadanos. La plaza contará con contenedores soterrados y reservará espacio junto a la calle de la Paz para la falla.

La reforma garantizará el acceso a residentes, a vehículos de emergencia, recogida de basuras, zonas de carga y descarga y taxis. Los recorridos previstos estarán balizados mediante luminarias empotradas en el suelo. Acabará con la megaestación de buses y tan solo permitirá la circulación de unos 300 vehículos que tienen garaje en la calle Corretgeria. Se garantizará también la carga y descarga en la plaza, así como la retirada de basuras o los recorridos del Corpus y la Ofrenda.