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Ascensión Chirivella: Allanando caminos, acercando distancias

En el campo universitario, la mujer sigue progresando y por fin en 2018 tenemos la primera Rectora de la Universitat de València, María Vicenta Mestre. Lo que Ascensión empezó sigue dando sus frutos.

Ascensión Chirivella: Allanando caminos, acercando distancias

El pasado 8 de marzo se celebró con mucha más relevancia que en años anteriores el Día Internacional de la Mujer, es lamentable que en pleno siglo XXI tengamos «días de€», estos días que mientras existan nos recordaran que seguimos haciendo cosas mal y que seguimos comportándonos como verdaderos miserables. Desde Verum Valentia no queremos dejar pasar la oportunidad de unir la historia de nuestra ciudad con una luchadora de los derechos de la mujer, es nuestro homenaje a una de esas mujeres valencianas que dedicó gran parte de su vida a luchar por estos derechos, una mujer valiente, adelantada a su tiempo y que tuvo que terminar los últimos años de su vida muy lejos de su tierra.

Nacida en la calle Na Jordana 41, 2º piso, a las 17:15 horas del día 28 de enero de 1893 en el seno de una familia acomodada, hija de un afamado procurador de los Tribunales de València Manuel Chirivella Meseguer y de Ascensión Marín García, natural de Segorbe, María Ascensión Chirivella Marín se convertiría años más tarde en la primera mujer licenciada en Derecho de España. Fue la mayor de cuatro hermanos, Manuel que fue procurador (título obtenido en 1919) como su padre, Rafael, médico, y Teodora.

Excelente estudiante, desde sus inicios en 1906 aprueba el examen de ingreso en el Instituto General y Técnico de València, actual Instituto Luis Vives, terminando en 1910 sus estudios de bachiller con 11 sobresalientes, dos matrículas de honor y 4 notables. Se matricula entonces en la Facultad de Filosofía y Letras, sección de Historia, donde se titula el 12 de junio de 1915 con la calificación de sobresaliente, siendo la primera mujer titulada en Filosofía y Letras de la Universitat de València. Compatibiliza estos estudios de Historia con los de Pedagogía en la Escuela Normal de Maestras en la calle de la Sangre de València.

En 1918 inicia los estudios de Derecho en la Universidad de Murcia donde cursa dos años de la carrera finalizándola en la Universitat de València. Paga los derechos del título de licenciada en Derecho el 6 de diciembre de 1921 y el Colegio de Abogados oficia a la Audiencia a los efectos del oportuno juramento prescrito en el artículo 870 de la Ley Orgánica del poder judicial para poder ejercer como letrado a María de la Ascensión Chirivella Marín el 18 de enero de 1922, solicitud que había sido presentada el 21 de diciembre de 1921. Esto es lo que contaba en un discurso celebrado el 15 de diciembre de 1935 en la Universidad Literaria de València en relación a su ingreso en el Colegio: «Cuando quise colegiarme y hube de cumplir con el requisito de toma de posesión, se puso sobre la mesa de la Sala de Gobierno de la Audiencia de Valencia, si a esos efectos se me consideraba mujer o varón, y después de varios días de largas y delicadas meditaciones, en los cuales tuvo la Sala so conciencia entre los Evangelios y la Ley, se impuso el espíritu antifeminista del Código, y la Sala resolvió y me comunicó por medio del Fiscal, entonces de Su Majestad, que yo a los efectos profesionales, era varón. Renuncio a describiros la impresión que me hizo el descubrimiento; pero sí he de deciros por lo bajo, para que no salga de aquí, que los dos minutos que viví teatralmente, el papel de hombre, sentí en lo íntimo de mi conciencia un sonrojo y asombro, por el milagro legal. Más tarde, aquel asombro que me asaltara al conocer la decisión de los sesudos varones, sagaces hermeneutas de la Ley, se trocó en comprensión. Era excesivamente nuevo el ejemplo y el espectáculo de la mujer irrumpiendo en las actividades de la vida».

La imagen de Ascensión con la toga y el birrete es reflejada en toda la prensa de la ciudad así como en la nacional como podemos ver en «Blanco y Negro» y «Mundo Gráfico». Ya licenciada y colegiada se incorpora al despacho de su padre y de su hermano Manuel, dedicado a la Procuraduría de los Tribunales, en el cual permanece hasta que se casa en 1926 con Álvaro Pascual-Leone Forner desempeñando temas de Derecho Civil. La boda con Pascual-Leone sirve para dar un giro a su vida y enfoca esta hacia la política. Su esposo, natural de Vinaroz abogado como ella y con estrechos lazos de afinidad política dentro del Partido Radical Republicano, marca el futuro más reivindicativo de Ascensión, tan solo truncado durante unos pocos años por el nacimiento de su única hija Blanca en septiembre de 1929. El Partido Radical daba mucha importancia a sus afiliados y a su formación cultural, de esta manera se entiende el trabajo de Ascensión en sus distintas apariciones públicas como la del 24 de febrero de 1932 en el Círculo Republicano Galán, donde Ascensión desarrolló el tema «Influencia de la mujer en la política actual»; la de abril de ese mismo año en un acto de la juventud Unión Republicana del distrito de la Misericordia; en junio en Castelló con la agrupación femenina radical de esa ciudad; también en ese mismo mes en un acto en Alcalà de Xivert junto a su marido, como ejemplos de su actividad política y de formación dentro del partido.

Pero el discurso que ha perdurado en el tiempo fue el ofrecido el día de la exaltación profesional un 15 de diciembre de 1935 en el Paraninfo de la Universidad Literaria siendo invitada por el Colegio de Abogados de València. «La Mujer y la Abogacía» fue el título de su disertación, donde la defensa de la mujer en diversos aspectos fue el eje en el que giró su alocución, con un discurso de frases trascendentales llenas de ironía, trató siempre la igualdad de mujer y hombre lejos de la confrontación. Este discurso fue impreso por acuerdo de la Junta de Gobierno del Colegio de Abogados el 26 de febrero de 1936. Como ejemplo algunos fragmentos de su discurso que así empezaba€

«Señoras, Dignísimas Autoridades, Compañeros: Ha querido la Junta de Gobierno del Ilustre Colegio de Abogados de Valencia, que en la fiesta de exaltación profesional que celebra hoy, llevara yo la voz femenina; y ocúrreme, siempre que he de alzarla al servicio de una ilusión, que caigo en un estado emocional tan intenso, que necesito poner en funciones todos los frenos de la voluntad, para que esta voz no se apague; y llega hoy al máximo esa vibración espiritual, por aquellas razones que diera D. Quijote al eclesiástico de casa los Duques: por el lugar en que me hallo y por las personas ante quienes hablo; pero a salvar esas circunstancias coercitivas, me anima y alienta, el enunciado del tema que acompaña al oficio de invitación, acerca del cual debo disertar y que por sí sólo constituye toda la disertación: ´La Mujer y la Abogacía´ €

€ La mujer en nuestro país entró tímidamente en las Universidades, causaba asombro y un poco de risa; llegamos al ejercicio de profesiones liberales, y el asombro, alguna vez tuvo matices de desdén. No era extraño. Éramos las primeras; hay una verdad en Biología que lo es así mismo en Sociología: las especies proféticas son siempre desgraciadas. Comprenderéis ahora, porqué me ha sonado a poema el tema que se me encargaba. La mujer en la Abogacía, ha de ser ante todo y sobre todo, mujer, sin mistificaciones de forma ni de fondo, y las que a estos afanes se dediquen, si quieren aportar algo estimable a la profesión, deben cuidarse de no dejar olvidada en los Claustros de las Universidades, ni en las bibliotecas, ni en la Sala de Togas, su alma femenina, ni un matiz de su fina sensibilidad. Es deplorable el espectáculo de la mujer, que se cree más inteligente, adoptando formas y maneras exclusivamente viriles; que la toga en nuestros hombros no ha de ser túnica rígida y fría, que separa al que la lleva del que la necesita, sino falda cálida y con prestancia donde encuentren regazo, todos los dolores y todas las demandas que hallen hueco en nuestra alma; las que hallen repugnancia o repelan nuestros sentimientos, no deben entrar en nuestros despachos; y para estar en situación de independencia moral, las mujeres no deben aceptar turno; nosotras podremos sin manchar nuestra toga, aceptar la defensa del que roba pan para sus hijos, pero no podremos defender al que roba la inocente pureza de una criatura..

€Hay que ser mujeres con nuestras virtudes y nuestros defectos, con lágrimas y con emoción...»

Y la más conocida de todas ellas€ «La mujer no es inferior al varón ni superior: es absolutamente distinta».

La vida sigue y su activismo junto al de su marido empieza a pasar factura tras el alzamiento militar del 17 de junio de 1936. Álvaro Pascual-Leone, diputado en Cortes, permaneció siempre al lado del gobierno de la República, primero en Madrid, más tarde en València y por último en Barcelona. Su esposa y su hija, por su parte, tuvieron que recorrer distintas poblaciones y ciudades hasta que por fin en 1939 y después de la entrada de las tropas franquistas en Barcelona pasan a Francia donde se reúne la pareja en Vernet des Bains. Ascensión y Blanca fueron acompañadas por Teodora la hermana menor de esta y su hija de un año. Ellas regresaron a España al finalizar la guerra. En mayo de 1939 consiguen embarcar los tres rumbo a México, donde el 10 de junio logran llegar a Veracruz obteniendo el 10 de julio de 1939 el visado en este país como asilados políticos y fijando su domicilio en la calle Teotihuacan, 17 de México DF. Allí fueron ayudados económicamente por el diplomático Ignacio G. Tellez hasta que en 1947 Álvaro Pascual-Leone consiguió trabajo en el Instituto Mexicano del Seguro Social hasta que falleció en 1953. Por su parte, Ascensión pudo realizar algunos viajes a España. Para ello su hermana Teodora tuvo que conseguir tres avales de antiguos compañeros de abogacía, no sin grandes problemas para ello.

María Ascensión Chirivella Marín moría el 9 de abril de 1980 tras sufrir un problema cerebral. Una desconocida para la mayoría de valencianos pero que siempre ha estado en el recuerdo del mundo del derecho valenciano, que le realizó un acto de homenaje el 25 de junio de 1998 en el Palau de la Música.

Mientras escribimos este artículo se ha dado un paso más dentro del mundo de la Universitat en nuestra ciudad. València ya cuenta con su primera Rectora después de 520 años de funcionamiento. Con ella, ya son cinco rectoras en universidades públicas de España. ¡¡María Vicenta Mestre enhorabuena!!

Vaya nuestro pequeño homenaje para todas las mujeres y en especial para estas pioneras que pusieron su grano de arena en una lucha contra la desigualdad en un tiempo adverso y en un momento eminentemente masculino€

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